El número de muertos en la serie de atentados del Domingo de Resurrección contra iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka ascendió hoy a 359, informaron hoy fuentes oficiales que reiteraron sus sospechas de que puedan cometerse «nuevos ataques» en la isla e informaron sobre la detención de 60 personas.
«Puede haber más ataques. Tenemos que estar atentos en este momento, tendremos la situación bajo control en los próximos días», dijo el viceministro de Defensa y ministro portavoz del gobierno, Ruwan Wijewardene, en una conferencia de prensa con periodistas extranjeros.
Allí el funcionario informó además que ya se detuvieron a 60 personas por su presunta vinculación con los atentados.
De acuerdo al portavoz gubernamental, las informaciones apuntan a que los ataques del pasado domingo fueron cometidos por al menos nueve suicidas que se inmolaron con explosivos matando a centenares, y de los cuales fueron identificados ocho, «entre ellos una mujer y una persona que estudio en el Reino Unido y Australia», consignaron las agencias de noticias Europa Press y EFE.
«Varios de ellos han estudiado en otros países, con grados universitarios y de posgrado que indicaban que esta era gente bien formada. Estamos buscando conexiones con todos los países vecinos», añadió.
El presidente del país, Maithripala Sirisena, anunció una reestructuración es las próximas horas de las agencias de inteligencia, Policía y las Fuerzas Armadas, luego de que se confirmase que estas recibieron información sobre los ataques horas antes de que fueran cometidos y sin embargo no la notificaron al gobierno.
Hasta el momento, 60 personas de origen sirilanqués fueron detenidas con relación a los atentados, precisó Wijewardene que declinó a responder a las preguntas sobre la supuesta detención de un sospechoso con pasaporte sirio.
Los investigadores continúan tratando de determinar quiénes son los responsables de los atentados, reivindicados ayer por el Estado Islámico, que fueron inicialmente atribuidos al grupo islamista local National Thowheeth Jama’ath (NTJ) con apoyo de «terroristas internacionales».
De acuerdo a último balance ofrecido hoy, el número de fallecidos pasó de 321 a 359 en las últimas 24 horas, 39 de ellos extranjeros, después de que varias de las más de 500 víctimas heridas murieran.
La cadena de ataques ocurridos el domingo en Sri Lanka comenzó con seis explosiones casi simultáneas en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.
Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo.
Atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que dejó, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.