El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán celebró hoy la reciente aprobación de la venta de más de 2.200 millones de dólares en armas por Estados Unidos, porque muestra el «apoyo» brindado por Washington frente a las amenazas de China, que advirtió que la medida «viola las leyes internacionales» y presentó una queja formal ante el Pentágono.

«La venta de armas a Taiwán demuestra el apoyo del gobierno estadounidense a las necesidades de defensa de Taiwán, así como su firme determinación de cumplir con sus compromisos de seguridad», señaló en un comunicado la cancillería taiwanesa.

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Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, esta transacción contempla la venta a Taiwán de 108 tanques tipo M1A2T Abrams, así como de 250 misiles Stinger, en un acuerdo que, según Washington, «no alterará los equilibrios militares básicos en la región».

El gobierno isleño valoró la venta como un método para «mejorar la capacidad disuasoria» de Taiwán frente a las «provocaciones militares» llevadas a cabo por China, citó la agencia de noticias EFE.

«Taiwán está bajo la presión y la amenaza de China; en esta ocasión, la compra de vehículos M1A2 y varios tipos de misiles es de gran importancia para mejorar las capacidades de autodefensa de nuestro país», afirmó el Ministerio.

En tanto, el vocero de la cancillería de China, Geng Shuang, sostuvo que la operación «viola las leyes internacionales», y anunció que su gobierno presentó una queja formal ante las autoridades estadounidenses.

«Lo condenamos y nos oponemos, Taiwán pertenece a China; paren la venta para evitar que las relaciones con Estados Unidos empeoren», apuntó el portavoz.

Mientras tanto, la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, dio la bienvenida a esta transacción en su cuenta de Twitter.

«Continuaremos impulsando la inversión en defensa nacional y asociándonos con países afines para defender la democracia, y promover la paz y la estabilidad regionales», escribió Tsai.

En mayo, los principales jefes de seguridad de Estados Unidos y Taiwán, John Bolton y David Lee, mantuvieron una reunión por primera vez desde la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos hace 40 años, encuentro que China lamentó.

Poco después de ganar las elecciones a la Casa Blanca, Trump ya había provocado su primera crisis diplomática con China al hablar por teléfono con Tsai Ing-wen, en el contacto de más alto nivel entre Taipei y Washington desde 1979.