El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, fue abucheado hoy durante el desfile militar en el centro de Madrid por el 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional de España, mientras miles de «unionistas» se manifestaron en Barcelona en un ambiente de creciente tensión a las puertas de la histórica sentencia contra los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.

La celebración, que incluyó un gran despliegue militar en el centro de la capital de España y una recepción en el Palacio Real, tiene lugar en precampaña electoral, un día después del anuncio del gobierno socialista de que exhumará al dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos antes del 25 de octubre y ante el inminente fallo contra los líderes secesionistas, que según adelantó la prensa, serán condenados por sedición.

La llegada de Sánchez al tradicional desfile militar en Madrid estuvo marcada por silbidos y gritos de «¡Fuera, fuera!» del público más extremo, algo que el líder socialista ya vivió el anterior año, en contraste con el recibimiento que tuvieron los reyes, Felipe VI y Letizia, aclamados con aplausos y vitoreos de «¡Viva España!».

Como cada año, el acto de conmemoración del 12 de octubre, fue protagonizado por las Fuerzas Armadas, que realizaron un desfile en el Paseo de la Castellana de Madrid, donde hoy fueron desplegados unos 4.200 uniformados, entre efectivos del Ejército, Guardia Civil, Policía Nacional y Salvamento Marítimo.

«España es una sociedad diversa, abierta, solidaria. Un país pionero en derechos civiles, en la lucha por la igualdad. Sigamos avanzando, junto y juntas, orgullosos de lo que hemos alcanzado. Abordemos los retos que tenemos por delante sin dejar a nadie atrás. ¡Feliz 12 de octubre!», manifestó Sánchez a través de Twitter, donde colgó un video gubernamental con motivo de la festividad.

El presidente del gobierno español y los reyes estuvieron acompañados durante el acto por los líderes de la oposición: el conservador Pablo Casado, el liberal Albert Rivera, y el ultraderechista Santiago Abascal.

El dirigente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que no suele asistir a este tipo de actos, otra vez estuvo ausente.

Las elecciones del próximo 10 de noviembre, la exhumación de los restos de Franco y el histórico fallo contra los líderes catalanes protagonistas del fallido proceso de secesión de 2017, que previsiblemente se conocerá el próximo lunes, sobrevuelan en el ambiente político y en las calles del país, con Cataluña en el foco.

En Barcelona, miles de personas se manifestaron este mediodía para celebrar el 12 de octubre y reivindicar la unidad de España, confluyendo en un acto en Plaza Cataluña, donde los unionistas reclamaron a Sánchez que descabece al gobierno regional.

«¿Cuántos motivos más quiere para un 155, señor Sánchez?, preguntó Angel Escolano, de Convivencia Cívica Catalana, en referencia al artículo de la Constitución que permitiría intervenir Cataluña, frente a un público que reclamaba «prisión» para el ex presidente catalán, Carles Puigdemont, quien se encuentra en Bélgica y no fue sometido a juicio.

Unas 10.000 personas -según la Guardia Urbana- acudieron a la manifestaron, entre ellas miembros de grupos ultraderechistas, aunque la movilización unionista fue mucho menos multitudinaria que las que tuvieron lugar en 2017, en medio del proceso de secesión catalán. Los ultras hicieron otro acto aparte, que transcurrió sin incidentes.

«Algún día dejará de ser heroico estar aquí. Tener que reivindicar lo obvio, que el día de tu país celebres un día nacional», aseguró la ex líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, quien pido a Sánchez «que no indulte» a los líderes secesionistas.

Tras filtrarse que el esperado fallo del Supremo condenará a los lideres secesionista por sedición, con penas de hasta 12 años de prisión, el presidente Quim Torra llamó a los ciudadanos a mantener la cabeza en alto y responder: «No tengan miedo de ser hombres y mujeres libres. Ante la presión, la amenaza, nos mantendremos firmes. Siempre los votos, la democracia, ganarán a la represión», subrayó.