Trabajadores de diferentes locales de la cadena Starbucks en Estados Unidos comenzaron a votar para sindicalizarse desde diciembre del año pasado.

La decisión se produjo después de ver la agresión física de un cliente a un ex compañero de trabajo para hacer cumplir los requisitos de vacunación en el local.

Después del paso inicial, se fueron sumando trabajadores de otros locales a la propuesta encabezada por jóvenes que tienen una edad promedio de 20 años, y que ya está extendida a 18, siendo la tienda insignia de la compañía en Manhattan la que se convirtió en la más grande en sindicalizare.

La ola de sindicalización que vive la compañía arrancó en la ciudad de Buffalo del Estado de Nueva York y se extendió al punto de que un centenar de locales en 30 Estados de la unión ya experimentan la organización de sus empleados con el ánimo de sindicalizarse.

Esperan utilizar la negociación colectiva para obtener una serie de mejoras, que incluyen salarios más altos, más horas y mejores protecciones de seguridad, un cambio más necesario ya que los antiguos fabricantes de café con leche se convirtieron en trabajadores de primera línea durante la pandemia. Quieren tener más voz sobre cómo es su vida laboral y quieren responsabilizar a una empresa que habla de valores progresistas.

En este sentido, Starbucks trata a los empleados como socios y ostenta un perfil progresista aunque a la hora de observar la inquietud del personal por protegerse sindicalmente desalienta la propuesta.

Por ello solicitó a la Junta Nacional de Relaciones Laborales (National Labor Relations Board, NLRB) que prohíba a los trabajadores organizar los locales individualmente. También requirió a esta agencia que demore la certificación de las elecciones de Buffalo que obligaría a la empresa a sentarse a negociar con la Starbucks Workers United.

“Algunos socios (empleados) de Starbucks están votando para unirse a un sindicato y sabemos que muchos de ustedes se preguntan qué es lo mejor. En pocas palabras, somos mejores uno al lado del otro. Creemos que podemos construir una mejor experiencia trabajando codo con codo que sentados en una mesa de negociación”, dice la empresa en el sitio web We are one Starbucks, destinado a dialogar con los empleados.

“Cada socio tiene la opción de elegir quién hablará por él en su lugar de trabajo. Puedes elegir hablar por vos mismo, por tus deseos y necesidades específicas, trabajando directamente con nosotros. O puede elegir que otra persona hable por vos”, especifica la recomendación de la compañía.

“Mientras consideras tu elección entre el Starbucks reinventado y las promesas sindicales, te pedimos una cosa: Ve a los hechos. Tu voz y tu elección son demasiado importantes como para no hacerlo”, concluye el mensaje de la compañía a los trabajadores, invitándolos a participar de la construcción de un Starbucks “rediseñado”.

En tanto, la firma se ocupó de subir los salarios y de mejorar las condiciones de jubilaciones, vacaciones y cobertura de salud perseguida por el temor que despierta la movilización de sus trabajadores en favor de la agremiación.

Lo cierto es que es evidente que estas mejoras sólo se produjeron por el temor que despierta la ola de sindicalización en los Estados Unidos. Este sector de trabajo lleva décadas de bajos salarios, duras condiciones de trabajo y pocos beneficios sociales sostenidos en una alta rotación del personal y en un mercado laboral de jóvenes estudiantes con poca perspectiva de hacer carrera en la empresa y bajas expectativas en cuanto a remuneración y prestaciones.