Israel reabrió este domingo la explanada de las Mezquitas de Jerusalén, cerrada desde el viernes tras un tiroteo que dejó cinco muertos, pero las nuevas medidas de seguridad, entre ellas detectores de metales y cámaras de vigilancia, desencadenaron una disputa con las autoridades musulmanas.

El acceso al tercer lugar santo del islam, un sitio ultrasensible en el centro del conflicto israelo-palestino, fue cerrado el viernes luego de que tres árabes israelíes mataran a tiros a dos policías en el casco antiguo de Jerusalén, situado en el sector oriental de la ciudad ocupado y anexado por Israel, antes de huir a la cercana Explanada de las Mezquitas donde los abatió la policía.

Las autoridades israelíes estimaron que el cierre era necesario para proceder a verificaciones de seguridad.

«Alá Akbar» («Dios es el más grande») gritó la multitud en el momento en que los primeros visitantes entraban en el lugar santo este domingo.

Pero las oraciones del mediodía se organizaron en el exterior debido a que los fieles se negaron a ingresar en el lugar a través de detectores de metales.

«Rechazamos los cambios impuestos por el gobierno israelí», declaró el jeque Omar Kiswani, director de la mezquita Al Aqsa, situada en la explanada. «No entraremos (al lugar) cruzando detectores de metales», dijo a los periodistas en el exterior de la explanada.

Según la policía, dos de ocho de las puertas que llevan al lugar fueron reabiertas y equipadas con detectores de metales. Unas 200 personas ingresaron al lugar, agregó.

– Conversación de Netanyahu y Abdalá II –

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El atentado del viernes fue uno de los incidentes más graves de los últimas años en Jerusalén.

A raíz del ataque, las autoridades israelíes tomaron la decisión excepcional de cerrar la mezquita de Al Aqsa, situada en esa explanada, a los fieles que acudían a las oraciones del viernes, provocando el enfado de los musulmanes y los jordanos, que gestionan el lugar.

Además, esta decisión reavivó el temor de los palestinos de que Israel tome el control exclusivo del lugar, que también es venerado por los judíos como el Monte del Templo.

Antes de partir hacia Francia, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció la reapertura del sitio el domingo, para los fieles, visitantes y turistas.

También anunció que se instalarían «detectores de metales en los ingresos y que cámaras (de seguridad) cubrirán los movimientos en el exterior».

Netayanhu también habló con el rey Abdalá II de Jordania que subrayó «la necesidad de reabir la Explanada» y condenó «el ataque del viernes en Jerusalén», según un comunicado de la casa real jordana.

Ammán firmó en 1994 un acuerdo de paz con Israel.

Abdel Azim Salhab, el director del consejo del Waqf, el organismo que se encarga de gestionar los bienes musulmanes, declaró por su parte a la prensa que el cierre de la Explanada es «la peor agresión desde 1967», en referencia al año en el que Israel inició su ocupación en Jerusalén este.

– Un palestino muerto –

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Por las fuertes tensiones, Netanyahu podría renunciar a su decisión de levantar la prohibición de que diputados israelíes ingresen en la explanada a modo de prueba durante cinco días a partir del 23 de julio.

El primer ministro había restringido el ingreso a los diputados hace dos años luego de una ola de violencia. Los judíos están autorizados a ingresar al lugar, pero no para rezar.

Desde octubre de 2015, la ola de violencia en Israel y en los Territorios Palestinos se cobró la vida de 282 palestinos, 44 israelíes, dos estadounidenses, dos jordanos, un eritreo, un sudanés y una británica, según un recuento de la AFP. Los actos violentos se habían reducido drásticamente en los meses anteriores al atentado del viernes.

El domingo, las fuerzas de seguridad israelíes mataron a un palestino, sospechoso de dos ataques de la víspera, que quiso abrir fuego cuandointentaban detenerlo en Cisjordania, indicó el Ejército israelí.