El presidente estadounidense, Donald Trump, jugó otra carta anti inmigratoria en la recta final hacia las elecciones legislativas, al declarar que quiere ponerle fin al derecho constitucional a la ciudadanía para los niños nacidos en el país de padres que no la tienen.

El plan estaría dirigido a los hijos e hijas de inmigrantes en situación ilegal y no se aplicaría a personas con permiso de residencia, informó la cadena CNN. «Somos el único país en el mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y el bebé es esencialmente un ciudadano de Estados Unidos por 85 años, con todos los beneficios», indicó.

En ese sentido, Trump parecía no saber que Canadá y la mayoría de los países latinoamericanos tienen normas similares que otorgan la ciudadanía a los nacidos en su territorio. «Es ridículo. Ridículo. Y tiene que acabar», agregó.

Por otra parte, los demócratas calificaron la idea de «inconstitucional», mientras que la principal organización de derechos civiles del país acusó al presidente de «borrar» la Carta Magna.

«Si bien la propuesta de Trump de terminar con la ciudadanía por nacimiento es obviamente inconstitucional, su intención es clara: incitar al miedo, dividir a nuestra nación y hacer que las comunidades vulnerables se sientan inseguras», aseguró en un comunicado el portavoz del Comité Nacional Demócrata, Daniel Wessel.

Trump hizo su propuesta justo cuando busca energizar a sus bases y ayudar a su Partido Republicano a mantener el control del Congreso y mientras una caravana de migrantes centroamericanos avanza hacia la frontera entre México y Estados Unidos.

Desde su llegada a la Casa Blanca en 2016, el mandatario republicano ha defendido una política de mano dura contra la inmigración y llegó a prohibir la entrada en Estados Unidos de los ciudadanos de varios países de mayoría musulmana al asegurar que suponía un riesgo para la seguridad nacional.