El expresidente estadounidense Donald Trump se declaró “no culpable” ante el tribunal federal de Miami que tiene en sus manos el histórico caso en el que está acusado de quedarse con documentos clasificados del Gobierno y ocultarlos de autoridades que los reclamaban.

Trump, que mañana cumplirá 77 años, llegó al tribunal en medio de fuertes medidas de seguridad para comparecer ante un juez para la lectura de los cargos en su contra.

«Uno de los días más tristes en la historia de nuestro país, somos una nación en declive», afirmó Trump en su plataforma Truth Social camino a la corte. Repitió entonces que es víctima de una «caza de brujas».

En la audiencia, un juez federal le leyó los 37 cargos que le imputa, entre ellos los de «retención ilegal de información relacionada con la seguridad nacional», «obstrucción a la Justicia» y «falso testimonio».

El líder republicano, que aspira a su reelección el año próximo, insistió en los últimos días, como hizo a lo largo de años de problemas legales, en que no hizo nada malo y que todo el caso constituye una persecución política para frustrar su retorno al poder.

«Nunca ha habido algo así, nunca ha habido una caza de brujas como esta», se quejó, en declaraciones a una emisora de radio local tras llegar ayer a Miami.

El proceso es visto como el más comprometedor al que se enfrenta el expresidente: 37 cargos por retención deliberada de registros y documentos clasificados, algo que, según los fiscales, podría haber puesto en peligro la seguridad nacional en caso de exposición pública.

El caso reviste características históricas, porque es la primera vez que el Departamento de Justicia presenta cargos contra un expresidente.

Como Trump, que ya fue procesado por fraude contable en otra causa que tiene abierta, había pedido a sus seguidores manifestarse frente al tribunal de Miami, la Policía desplegó fuerzas de seguridad para contener a una multitud de hasta 50.000 personas.

El exmandatario enfrenta otras investigaciones en Washington y en el estado de Georgia por presuntos esfuerzos ilegales para revertir los resultados de su derrota electoral contra el demócrata Biden en 2020.

En Estados Unidos, una ley obliga a los presidentes a enviar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales y otra norma prohíbe guardar secretos de Estado en lugares no autorizados e inseguros.

En enero de 2021, cuando se fue de la Casa Blanca rumbo a su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, Trump se llevó decenas de cajas llenas de archivos. Según el acta de acusación, esas cajas -algunas con la leyenda «secreto defensa»- quedaron apiladas en el escenario de una sala de baile del complejo hotelero antes de ser transportadas hasta un lugar de guardado ubicado cerca de una piscina.

En enero de 2022, tras recibir varias solicitudes de las autoridades, Trump decidió devolver cajas con unos 200 documentos clasificados. Convencidos de que no había entregado todos los documentos en su poder, varios agentes del FBI registraron Mar-a-Lago el 8 de agosto y se llevaron otra treintena de cajas con 11.000 documentos en su interior.