El jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, Yevgueny Prigozhin, reivindicó este sábado la captura completa de la ciudad ucraniana de Bajmut, en el este del país y escenario de la batalla más larga y sangrienta de la ofensiva, aunque Ucrania aseguró que todavía controla unas zonas en una situación que igualmente calificó de “crítica”.

“El 20 de mayo de 2023 al mediodía, Bajmut fue tomada en su totalidad”, anunció Prigozhin en un video difundido por su servicio de prensa en la aplicación de mensajería Telegram, donde se lo ve delante de hombres armados que ondean una bandera rusa, rodeados de edificio en ruinas.

“La operación para tomar Bajmut duró 224 días. (…) Aquí solo estaba Wagner”, manifestó, al apuntar contra la ausencia de tropas regulares del ejército ruso, en el marco de un conflicto con la jerarquía militar rusa que viene desde hace meses.

“No solo hemos luchado contra el ejército ucraniano en Bajmut, sino también con la burocracia rusa que nos puso piedras en el camino”, declaró el jefe de Wagner, en renovadas críticas al ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov.

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“Hasta el 25 de mayo, registraremos completamente la ciudad, crearemos posiciones defensivas y la transferiremos a los militares para que ellos se encarguen. Por nuestra parte, volveremos a las bases”, añadió Prigozhin.

Por su parte, Ucrania afirmó este sábado que todavía controla algunas zonas en Bajmut, pero dijo que la situación sobre el terreno es “crítica” para sus fuerzas.

“La situación es crítica. Al mismo tiempo, nuestros defensores controlan algunas instalaciones industriales e infraestructuras de la zona, así como del sector privado”, indicó la viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, citada por la agencia de noticias AFP.

Conocida durante décadas como Artiomovsk y aún llamada así en Rusia, Bajmut tiene un valor estratégico que es cuestionado por analistas, pero su control adquirió gran importancia simbólica y táctica ante las enormes pérdidas de ambos lados.

Por otro lado, el ejército ucraniano aseguró este sábado que repelió totalmente un nuevo ataque con drones rusos contra Kiev, aunque los restos cayeron sobre la capital sin que se reportaran víctimas.

“Todos los aparatos detectados fueron abatidos por la defensa aérea de la ciudad”, aseguró el jefe de la administración civil y militar de Kiev, Sergi Popko, tras precisar que el ataque fue con drones de tipo Shahed.

“Kiev no fue alcanzado por ningún ataque”, dijo el funcionario, aunque admitió que los restos de los aparatos provocaron al menos un incendio, contenido poco después, en el techo de un edificio del distrito de Dniprovskyi sin causar víctimas.

Esta situación en la capital y en la extensa línea del frente coincide con la visita del presidente ucraniano Volodimir Zelenski a Hiroshima, en Japón, por la cumbre del G7, donde pretende que la comunidad internacional acentúe su presión sobre Moscú.

El mandatario dialogó con algunos de los líderes del foro sobre el envío de los cazas F-16, tras conseguir que Estados Unidos abra la vía para autorizar su entrega, uno de sus reclamos más fuertes de Kiev para avanzar con la contraofensiva.

Ante esto, Rusia advirtió que el posible envío de esos aviones de combate supondría “riesgos colosales” para Estados Unidos y sus aliados en el marco de una escalada del conflicto armado.

“Vemos que los países occidentales siguen en la línea de la escalada. Implica riesgos colosales para ellos mismos”, afirmó el viceministro de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko, en declaraciones reproducidas por la agencia de noticias TASS.