La Policía de Nicaragua replegó con violencia el pasado sábado a un grupo de periodistas que estaban cubriendo una manifestación antigubernamental, en el marco de la grave crisis sociopolítica que afecta al país.

Varias patrullas de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE), un cuerpo de élite de la Policía Nacional, aparecieron de forma repentina en el punto donde se encontraba un grupo de periodistas y reporteros gráficos a la espera del inicio de la manifestación y los replegaron a empujones con sus escudos.

Agentes de la DOE golpearon al reportero gráfico nicaragüense Luis Sequeira, lo subieron a una camioneta policial y le arrebataron su cámara.

«Me robaron mi equipo, mi cámara, mi celular, me golpearon en el pecho, en el estómago», dijo Sequeira, de la agencia de noticias AFP y a quien, al pedir su filmadora, los policías le respondieron: «Andá pedísela a tu madre», antes de tirarlo de la camioneta.

En el mismo hecho fue detenida una mujer que ondeaba la bandera del país y gritaba «¡Viva Nicaragua!».

El periódico local El Nuevo Diario filmó el momento en que la mujer era golpeada por policías que la trasladaban hacia la cárcel «El Chipote», denunciada por organismos humanitarios como un centro de torturas, recogió la agencia EFE.

Luego de la agresión los periodistas se resguardaron detrás de los portones de un estacionamiento para evitar ser capturados por los agentes de la Policía nicaragüenses, quienes se mantuvieron en los alrededores.

La agresión de la Policía de Nicaragua contra periodistas se dio en momentos en que la oposición intenta unirse en una carretera concurrida de Managua para exigir la libertad de los «presos políticos».

La Policía Nacional se desplegó desde tempranas horas en las principales vías de Managua y otros puntos estratégicos de la capital nicaragüense, pese a pedidos de la oposición para que cesara la «represión».

Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos en 11 meses, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos locales humanitarios elevan a 561 las víctimas mortales, mientras que el presidente Daniel Ortega solamente reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.

Al menos 762 personas permanecen con algún tipo de régimen carcelario en Nicaragua tras participar en protestas antigubernamentales, según el Comité Pro Liberación de Presas y Presos Políticos.