La elección de contraseñas sencillas e inseguras y su reutilización en distintas plataformas son dos de las principales características de las personas que tienen entre 20 y 36 años -también conocidos como «millennials»- a la hora de comprobar sus identidades en Internet, reveló un estudio.

Si bien los más de 4.000 entrevistados por IBM dicen privilegiar «la seguridad a la hora de iniciar sesión en la mayoría de las aplicaciones, particularmente cuando se trata de las relacionadas con dinero», el segmento de adultos jóvenes es el menos cuidadoso al utilizar las contraseñas «tradicionales».

«Mientras que el 75 por ciento de quienes tienen entre 20 y 36 años se sienten cómodos usando herramientas de biometría (como la identificación por huellas dactilares), menos de la mitad usa contraseñas complejas y el 41 por ciento las reutiliza», sostiene el estudio de IBM «El futuro de la identidad».

Esta conducta podría estar explicada en la dificultad que implica recordar las claves alfanuméricas que dan acceso a cientos de sitios y aplicaciones usadas a diario: «el usuario promedio de Internet en Estados Unidos está administrando más de 150 cuentas que requieren una contraseña y se espera que aumenten a más de 300 en los próximos años».

Al respecto, el ejecutivo de IBM Security Limor Kessem señaló que «a medida que los consumidores reconocen la inadecuación de las contraseñas y otorgan mayor prioridad a la seguridad, es el momento oportuno para adoptar métodos más avanzados que prueben la identidad en múltiples niveles y puedan adaptarse en función del comportamiento y el riesgo».

Según la opinión del 44% de los entrevistados, la biometría de huellas dactilares es uno de los métodos de autenticación más seguros, seguido por el escaneo de retinas con el 30%, mientras que sólo el 27% elige a las contraseñas alfanuméricas como las más robustas.

Por otra parte, la utilización de «administradores de contraseñas» alcanza al 34% de los millennials y sólo el 17% de los adultos de más edad.

La encuesta también reveló otras diferencias en los puntos de vista generacionales cuando se trata de proteger las identidades en línea: los adultos mayores mostraron mejores hábitos en lo que respecta a la creación de contraseñas.

En promedio, las personas mayores de 55 años usan 12 contraseñas, mientras que la Generación Z (entre 18 y 20 años) promedia solo cinco contraseñas, lo que podría indicar una tasa de reutilización muy grande.