Por Osvaldo La Spina – Fotos: Salvador Hamoui

Cansados de las promesas incumplidas, los trabajadores del Hospital Roque Sáenz decidieron realizar un abrazo solidario al edificio ubicado en Laprida 5381 “en defensa del mismo y de la salud pública».

Luego de una asamblea realizada el jueves 21 de abril en el auditorio del Hospital, tras reiterar  los reclamos planteados desde hace muchos años, se tomó la decisión de realizar la convocatoria y hacerlo público.

Según argumentan los trabajadores del nosocomio, el deterioro edilicio del Hospital es total, además de la falta de equipamiento técnico y de espacio físico lo que no permite que haya una adecuada atención de los pacientes.

Conclusión estuvo en el lugar y habló con los protagonistas de la movilización. Pedro «Pitu» Salinas, concejal rosarino de Ciudad Futura, que forma parte de la Comisión de Salud y Acción Social, explicó que «la situación del hospital, de boca de los mismos trabajadores, es realmente acuciante e insostenible».

«Hubo promesas que no se cumplieron, por eso venimos a acompañar la lucha y ponernos a disposición. Esperamos que  esta movilización sirva como vehículo, ya sea para lograr una reunión con el secretario de Salud pública de la ciudad, Leonardo Caruana, o para que se atiendan otros reclamos», agregó el edil.

Al referirse a los problemas del Hospital Roque Sáenz Peña, Salinas relató que «en principio, la situación edilicia es un problema grande, pero también en el equipo técnico. Por ejemplo, uno de los radiógrafos no estaba en funciones; y los que funcionan tienen ya una vida útil corta y terminal».

En definitiva, «es un cúmulo. Los trabajadores nos contaban que, una de las promesas, era trasladar el hospital a la construcción de San Martín y Circunvalación. Pero ahora nos dicen que esa obra está paralizada. La situación del Roque es de una incertidumbre enorme, por lo cual nos ponemos a disposición», definió el Pitu.

Por otro lado, Andrea Vilar, auditora del Roque Sáenz Peña, sostuvo ante el micrófono de Conclusión que «el problema es que hace mucho venimos esperando que se hagan cambios radicales, sobre todo en la parte edilicia. Nosotros siempre ponemos el hombro, tratando de comprender».

«Teníamos la esperanza de mudarnos a San Martín y Circunvalación, pero el gobernador Miguel Lifschitz dijo que había otras prioridades que atender. No lo cuestionamos, pero queremos saber, entonces, qué va a pasar con este edificio, que no soporta más un parche», continuó la auditora.

Al entrar en detalles sobre las áreas más afectadas, Vilar se refiere a «los baños públicos y los que usamos el personal, son un desastre. Los consultorios médicos son muy chiquitos, no hay espacio físico para trabajar. Esas son cuestiones paliativas, lo que queremos saber es si tienen intenciones políticos de invertir en el hospital y en reconstruir algunas partes que, como el arquitecto nos dijo, hay que hacer de cero».

Tras la pregunta de si habían venido encargados de la Salud para tratar la problemática, la auditora sentenció que «no vino nadie, ni de la Nación ni de la Provincia. Quien sí se acercó fue el secretario de Salud local, Caruana, pero no llegamos a un acuerdo. Esta movilización no es para decir que bajamos los brazos y no hacemos más nada, sino todo lo contrario. Hay que tener en cuenta que dependen de nosotros 18 centros de salud, es decir, prácticamente toda la zona sur, sureste, Villa Gobernador Gálvez», consignó Vilar.

En última instancia, Pablo Ranzini, que trabaja hace veintitrés años en el hospital, en el sector del mantenimiento edilicio, expresó a Conclusión sobre el «cansancio general del deterioro permanente. No se invierte en la reparación, por lo cual, si no se agrava una cosa, se agrava la otra».

«Hace unos años se cayó un cielo raso, justamente, por falta de mantenimiento. A pesar de las advertencia que hicimos nosotros. Luego de lo que podía haber sido una tragedia, hicimos abrazos, asambleas y manifestaciones. Vinieron a inspeccionar la estructura del hospital y pusieron vigas, lo que admite que había deterioro», consideró.

Ahora, lo que ocurrió fue que estuvo sin funcionar Rayos, algo «fundamental para los médicos». Estos problemas «los venimos padeciendo desde hace tiempo. Desde que ingresé aquí, hace más de dos décadas, que el deterioro es progresivo».

Por último, tras ser consultado sobre por qué no reciben la atención reclamada, dijo: «Plata hay, lo que no hay es interés», remató, durísimo, Ranzini.