Un grupo de vecinos de barrio Itatí, en zona sur de Rosario, vio la necesidad urgente que azotaba a los vecinos del lugar -profundizada por las restricciones sanitarias-, por lo que decidieron conformar un centro comunitario donde también desarrollaron un comedor, que atiende a mas de 300 personas con almuerzo y merienda.

Para poder llevar a cabo este gran proyecto solidario, más de 60 personas trabajan incondicionalmente para contener, de alguna manera, las condiciones a las que se ven expuestos por falta de dinero, trabajo y posibilidades los que allí asisten.

Talleres de panadería, charlas, juegos y acompañamientos a los más jóvenes, son algunas de las actividades que realizan desde el centro comunitario Sueños de Itatí, con el agregado de valor de una huerta comunitaria autosustentable, donde producen parte de las verduras que necesitan para cocinar y preparar las viandas.

Romina Ramos es una de las referentes del espacio barrial, y habló con Conclusión para contar sobre las actividades que vienen haciendo y dar visibilidad al trabajo mancomunado de los, que a partir de esta organicidad ven un horizonte más claro, un futuro mejor.

«Nosotros somos un grupo de compañeros que tenemos una huerta comunitaria y la idea es que todo lo que se siembre sea para el comedor, para la cocina, ya que damos de comer a 350 personas«, mencionó Ramos.

La atención y participación de los jóvenes es fundamental en este proyecto: «Contamos con cursos de panificación, capacitamos a los jóvenes en todo lo que se pueda«.

Al consultarle sobre la crisis de pandemia, la referente admitió que «fue difícil» por las profundización de la crisis económica general y, sobre todo, la falta de empleo legítimo.

«Recibíamos donaciones de todos lados. Mucha gente se acercó, incluso los mismos vecinos nos acercaban alimentos para poder cocinar. En su momento, cuando comenzó la pandemia, cocinábamos para 450 personas, ahora bajó», apuntó la vecina de Itatí.

Sobre la función el comedor, Ramos explicó que cocinan en un terreno comunitario del barrio frente a la huerta. «Nosotros cocinamos en el terreno de enfrente, ponemos 6 discos y cocinamos a leña. Se suman los vecinos a ayudar. Somos 15 compañeros fijos que somos los que llevamos adelante la copa de leche. Los días lunes y miércoles».

Sobre la espacio de producción de verduras, la mujer contó que «el objetivo nuestro con la huerta es no gastar plata. Hemos cosechado acelga, perejil, choclo. Esta bueno y los chicos se suman».

Ramos agregó: «Pensamos seguirlo y conseguimos un terreno que nos prestaron en comodato. En menos de dos semanas terminamos de cercar. Nos falta algo de material pero estamos bien. Recibimos de Provincia el dinero para comprar los tirantes para cercar. La mutual AMR nos donó parte del tejido, pero nos falta un poco más ya que son 120 metros. Municipalidad nos da refuerzos para lo alimentario».

El centro comunitario Sueños de Itatí está abierto a todas aquellas personas que quieran ayudar a que este proyecto colectivo, vecinal y necesario se pueda concretar.

«Si quieren ayudar, todo lo que sea para las clases de huerta nos suma. Necesitamos una carretilla y herramientas. Nosotros estamos en Felipe Aldana 4212. Nuestro Facebook es Sueños de Itatí y compartimos todo. Tenemos 60 jóvenes en el taller. Tenemos familias que vienen a recibir la merienda y estamos recolectando juguetes para el día del niño», concluyó la integrante del espacio vecinal.