El cepo cambiario se tradujo desde el inicio en diferentes medidas económicas que buscaron restringir la salida de divisas, un objetivo que ahora se refuerza ante el temor de lo que podría convertirse en la gran devaluación.

El sector turístico no está ajeno a esta cuestión y la menor disponibilidad de dólares que estableció el Banco Central tiene sus repercusiones. Como en toda disyuntiva, los hay aquellos que consideran que el mercado se ha resentido y los que manifiestan que, por el momento, la medida de restricción de dólares no ha tenido mayores impactos.

En ese contexto, Conclusión habló con Claudio Manibesa, vicepresidente de la Asociación Rosarina de Agencia de Viajes (Arav), quien aseguró que «no hemos visto, por ahora, una repercusión complicada».

«El mercado se mueve diariamente, por eso pienso que el impacto o no, pasa por la administración propia que tenga cada empresa sobre cómo maneja los pagos al exterior», apuntó el referente de Arav.

Asimismo reconoció que «hubo reajustes de tarjetas de créditos, así como disminución de cuotas pero también algunas tarjetas que no se sumaban a la oferta lo han hecho y otras que ya lo hacían se han bajado, es decir, el turismo fluctúa permanentemente por eso no creo que esas repercusiones respondan directamente a la disminución de disponibilidad de dólares».

En tanto Eduardo Carey, de la Asociación Argentina de Operadores de Viajes y Turismo, dijo que muchas agencias decidieron parar la venta de «determinados productos», atribuyendo esta tendencia a la restricción de divisas.

«Se dificulta el envío de fondos al exterior para pagar hoteles y cruceros entre otros servicio, por eso muchos operadores han decidido parar la venta de determinados destinos, donde hay mucha demanda y otros han acordado con los prestadores de servicios al exterior en hacer los pagos en la medida en que se puedan transferir los fondos. Nos han dado como una cuenta corriente a nivel mundial para poder transferir cuando lo permita el Banco Central», explicó el directivo.

Luego agregó: «Es todo un problema, porque hay muchas operaciones a riesgo. Hay muchos chárter. Hay muchos lugares, donde pasado un tiempo, el producto pierde valor y por lo tanto hay que tratar de definirlo ahora«.

Por último sostuvo que «no hay problema en el pago financiado. El problema está en poder transferir los fondos para pagar ese servicio. Acá, las tarjetas o los bancos aceptan los pagos de las doce o dieciocho cuotas, pero el problema radica en poder transferir las divisas al exterior, a los hoteles o los cruceros».