Por Gisela Gentile

Si nos remontáramos meses atrás, podríamos recordar que todos los días a las 21, la mayoría de las personas salía a sus balcones a aplaudir a los profesionales de la salud. Hoy esos aplausos se han desdibujado y, a juzgar por las acciones de muchos, ya se han olvidado de aquellos que se encuentran en la «primera línea» del combate contra la pandemia del Covid-19.

Aquellos que trabajan en el ámbito de la salud lo hacen desde el primer día, a destajo y no siempre con las condiciones adecuadas. Aun así, le ponen el cuerpo a una pandemia que ha dejado a muchos de sus compañeros en el camino. Si bien el fervor de los aplausos se ha apagado, no todos se han olvidado de aquellos que nos cuidan. Por eso, este jueves, organizaciones y vecinos del barrio le agradecieron al Centro de Salud Ceferino Namuncurá.

Conclusión tuvo el agrado de dialogar con Lucrecia, una de las integrantes de la organización llamada Fundación Síntesis, que desde hace tres años trabaja en el Barrio Stella Maris y La Bombacha, a través del «Taller de Todxs». Juntos y de manera sorpresiva, decidieron agradecer todo lo que el Centro de Salud hace por el barrio.

Se trata de una organización que nació tres años atrás y que realiza diferentes actividades para quiénes cuentan con menos posibilidades.  “El «Taller de Todxs» es un espacio de juego, recreación, arte y deporte, que a falta de lugar físico, se celebra en la canchita del barrio. La misma está enfrente del Centro de Salud Ceferino Namuncurá, destacando que los equipos de trabajadores  de dicho centro y los de Síntesis, somos bien compañeros”.

Ambos espacios forman parte de la red de instituciones barriales “Red Arroyo Ludueña”, la cual articula las distintas miradas y vivencias de cada organización con el fin de poder brindar un mejor apoyo, contención y acompañamiento a las familias del barrio Stella Maris.

El rol del Centro de salud en esta pandemia ha sido de vital importancia para toda la barriada que atraviesa momentos de mucha incertidumbre no sólo en lo que refiere a la salud, sino también en lo económico. “El «Cefe» viene dando todo en este contexto de pandemia, donde además del trabajo que realizan dentro de las puertas del Centro de Salud, han estado desde el principio pensando estrategias para dar respuestas a la emergencia alimentaria, y en seguir sosteniendo de alguna forma las redes entre vecinos y organizaciones del Barrio”, sostuvo la referente de Síntesis.

Ambos espacios buscan a diario estrategias cuidadosas para que el vínculo que había con niños y niñas, adolescentes y sus familias “no se corte”, ya que contemplan a la salud en un sentido más amplio. “A partir de fines de marzo de este año hemos pasado por diferentes etapas: la primera, que fue de contacto virtual, acompañando las situaciones particulares de cada uno, enviando propuestas de juegos y desafíos. La segunda, fue la entrega de kits lúdicos con actividades artísticas y juegos armados con materiales reciclados, que duró tres meses. Cada 15 días nos juntábamos en la vecinal del barrio con grupitos de hasta 5 niños/adolescentes, y con todos los cuidados necesarios (distanciamiento, desinfección del espacio, higiene permanente de los objetos, uso de barbijo) se realizaba la entrega y un ratito de charla”.

En la tercera etapa, cuando en el barrio hubo un mayor número de contagios, decidieron dejar las reuniones, y hacer la entrega casa por casa. “En ese momento despedimos los kits lúdicos y seguimos dándole forma a un dispositivo que de a poco iba tomando fuerza entre los niños y adolescentes: la ludoteca y biblioteca ambulante, que sigue rodando hasta hoy en día”, enfatizó Lucrecia.

Sorpresivo agradecimiento a los héroes de este lío

En torno al hermoso gesto de agradecimiento que tuvieron para con el Centro de Salud, Lucrecia contó cómo fue llevarlo a cabo y por qué pensaron en realizarlo. “Creemos que los trabajadores de la salud han sido los menos escuchados por los representantes del Estado, y no han tenido respuestas visibles en torno a políticas públicas y medidas referentes al sector”, apuntó.

En ese marco, y con todos los cuidados necesarios, decidieron agradecerles de algún modo la labor de los trabajadores, que son quienes le ponen el cuerpo día a día a la pandemia y las necesidades del barrio. “Lo pensamos como un gesto de agradecimiento al Centro de Salud, reflexionando también en que serviría para darle visibilidad al trabajo que vienen haciendo, reafirmando que vale la pena <quedarse en casa> y sentir empatía por quienes nos cuidan y colaborar en ese sentido”, sentenció.

Fue así que le comentaron la idea al grupo del Taller, y agarraron viaje enseguida. “El martes extendimos el lienzo, y mientras los más grandes pintaban la bandera con la frase «GRACIAS POR CUIDARNOS», los más pequeños escribían los nombres de todos los y las trabajadoras del Centro de Salud para agradecerle particularmente a cada uno”.

Bombo y platillo en mano de los niños, nos acercamos con aplausos hasta que salieron todos los trabajadores de la salud y allí el papá de una de las adolescentes leyó todos los nombres.  Se escuchaban aplausos y gritos de agradecimiento.

Aprovechando que este jueves había reunión del equipo del Centro de Salud e iban a estar la mayoría, se convocaron a la sombra de la canchita, con barbijos, distanciamiento y la remera del Taller que estrenaron hace una semana por su tercer cumpleaños. “Bombo y platillo en mano de los niños, nos acercamos con aplausos hasta que salieron todos los trabajadores de la salud y allí el papá de una de las adolescentes leyó todos los nombres.  Se escuchaban aplausos y gritos de agradecimiento. Si mirábamos al frente estaban las caras de sorpresa, alegría y emoción de quienes diariamente trabajan en el centro de salud, y si mirábamos hacia los costados, nos encontrábamos con mis compañeras y  todos los niños y adolescentes del taller atentos, conmovidos, con un poco de vergüenza y con un montón de orgullo”.

Les tocaba a los del “Cefe” decir algunas palabras, y como nadie se animaba a arrancar, los niños iban gritando, “que hable Milton, que hable Eva, ahora Andrés, Simona, Andrea, y así la palabra fue circulando, coincidiendo en el agradecimiento, en que el gesto fue ese abrazo que no nos podemos dar. No esperaban ese mimo, pero qué bueno que pudimos hacerlo junto a los niños, ya que también son los héroes de esta historia, que se han bancado este contexto sin escuela, sin espacios de encuentro, con la convicción firme de que entre todos íbamos a salir adelante, y que cuando se pueda, vamos a festejar”.

Un sinfín de emociones que se unieron en una barriada que conoce la palabra comunidad y solidaridad. “Colgamos la bandera, sacamos unas fotos, y nos quedará a todos los que participamos de la jornada de hoy, una sensación de amor, esperanza y alegría de lo colectivo”, concluyó.