Crece la tendencia de rescisión contractual de alquileres entre estudiantes universitarios. Desde el Consejo Asesor de Defensa de la Vivienda advirtieron que es una tendencia que se empezó a percibir desde mayo desatada por la crisis económica producida por el coronavirus y la incertidumbre respecto de la vuelta o no a las clases presenciales.

Ariel D’Orazio, integrante de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, en contacto con Conclusión, señaló que «fundamentalmente desde el mes de mayo recibimos una gran cantidad de consultas para la rescisión contractual especulando con que las clases presenciales no van a volver. Así están costeando un alquiler de manera innecesaria y que hoy con la situación económica que estamos viviendo se hace muy difícil y es una carga muy pesada para la familia».

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Asimismo, indicó que «las situaciones más complejas son las de aquellos estudiantes que llegaron a la ciudad este año, alquilaron una propiedad a principio de año y todavía no llegaron a cumplir los seis meses o los están cumpliendo recién ahora».

A modo de tener en cuenta, dijo que siempre hay que «notificar por escrito la voluntad del inquilino de rescindir el contrato, si bien siempre lo ideal es tratar de llegar a un acuerdo económico con el dueño para ver si le hacen algún descuento».

«También es importante resaltar que si hay deuda, se pagan de acuerdo al DNU 320», recordó.

En Rosario conviven unos 75 mil estudiantes universitarios, entre universidades públicas y privadas, cuyas viviendas predilectas son los departamentos de un dormitorios con precios promedios de renta “entre los 9 y 12 mil pesos, más las expensas y los servicios», precisó D’Orazio.

Asimismo, entre las zonas más perjudicadas por este hecho son las que aglutinan los departamentos alrededor de las universidades. «Los estudiantes suelen concentrarse en edificios que están en las adyacencias de las facultades, por eso está más circunscrito al macrocentro y centro de la ciudad», precisó.

«Eso genera un gasto importante mensual y fijo que muchos deciden evadir y por eso eligen rescindir. Pero la rescisión también tiene un costo porque si cursan el primer año de alquiler la multa es de un mes y medio de alquiler. Y si rescinde al segundo es de un mes. Y aparte están las notificaciones con 15 o 30 días de antelación para poder salir sin inconvenientes de la propiedad, obviamente luego de hacer el pago indemnizatorio correspondiente», aclaró a modo de cierre.

¿Qué dicen desde las inmobiliarias?

El director del Observatorio Inmobiliario de Rosario, Leonardo Beltramone, confirmó que desde mediados de abril y primeros días de mayo aumentaron las consultas para la rescisión anticipada de contratos de alquileres para estudiantes. «No son muchos, pero es una tendencia que se ve desde esa época» .

También Beltramone coincidió en que uno de los factores que impulsó esta tendencia es la crisis económica incrementada por la pandemia. “Hubo rescisiones de contratos a partir de que hubo chicos que abandonaron la ciudad ni bien se decretó la cuarentena. Al volverse a sus localidades, y al extenderse la cuarentena, sus padres optaron por revisaran el tema de los alquileres en la ciudad por una cuestión de costos”, sostuvo en diálogo con LT8.

Por último dijo que si bien “no es un porcentaje muy alto, hay una tendencia. Si uno hace un relevamiento por inmobiliarias que tienen una cartera de administración de entre 50 a 100 propiedades, han tenido dos, tres o cuatro casos, todos en la parte estudiantil».