Este domingo por la noche, nuevamente la policía y la Guardia Urbana Municipal intervinieron en fiestas clandestinas en distintos puntos de la ciudad y demoraron una importante cantidad de mayores y adolescentes.

Uno de los eventos clandestinos tuvo lugar en el quincho de un edificio céntrico, ubicado en 9 de julio al 1000. Según indicó la titular de la secretaría de Control y Convivencia, Carolina Labayrú, tras una denuncia que ingresó a la línea 147, se dio intervención a la policía y a la Guardia Urbana. En el lugar se estaba desarrollando una fiesta en la que participaban 24 personas, 8 adultos y 16 adolescentes entre 16 y 18 años. Los mayores, de entre 18 y 20 años, quedaron a disposición del fiscal Jorge Cimino y los adolescentes, que tenían entre 15 y 17 años, quedaron a cargo de la jueza Brenda Cuasolo, quien dispuso que luego de los trámites de rigor sean entregados a sus padres.

El otro evento prohibido tuvo lugar en calle Barra al 1000, un domicilio que ya cuenta antecedentes similares. El dueño de la vivienda fue detenido y se secuestraron equipos de audio. Labayrú señaló que, en relación a este lugar, hay muchos reclamos de parte de los vecinos, no sólo por ruidos molestos sino por reuniones. «En mayo esta misma persona fue detenido por organizar una fiesta clandestina en el mismo lugar. Por este motivo, el fiscal determinó que quede detenido hasta su imputación».