Por Candelaria de la Cruz

Héctor Beas es dibujante y artista plástico de extensísima trayectoria. «El Gaucho» -apodo que recibió por su crianza en una estancia- se considera un artista nacional y popular e insiste en que el arte debe ser interpretado por quien lo crea para que el público lo reciba.

Con 73 años de vida y 50 en el arte, Beas desplegó una gran variedad de formatos, comprendiendo tiras diarias, historietas, humor gráfico, caricaturas y dibujos específicos a las artes plásticas. En un mano a mano con Conclusión cuenta algunos fragmentos de su vida.

— ¿Qué le ha dado el arte en estos 50 años?

— Me ha dado la satisfacción y la alegría de trabajar y que me paguen por lo que hago, por lo que me gusta. Eso es lo maravilloso del asunto.

— ¿Se puede ser artista en Argentina y no morir en el intento? ¿Es complicado poder llegar a tener un reconocimiento? gaucho-beas-2

— No es tan fácil. Yo lo he logrado en 50 años de trabajo, que no es poco.  Te lleva por peso de acumulación de trabajo un tiempo y una bagaje de cosas que terminan reconociéndotelas. Tengo más de 300 exposiciones individuales, 60 publicaciones de humor en argentina y en el mundo. Hay un montón de cosas que con el tiempo terminan siendo reconocidas.

— ¿Por qué Gaucho?

— Yo nací en Rosario, en calle Mendoza y Laprida y a los 3 años nos fuimos a vivir al campo con la familia. Mi papá era mayordomo y viví en la estancia durante 12 años, lo cual me marcó para el resto de mi vida porque en esa época había vacas, no soja, y había muchos peones y yo me crié con ellos.

— ¿Y esa vida en el campo influyó en su arte no?

— Totalmente, esas cosas que por tantos años vos vivís y mamás cotidianamente es muy difícil de sacársela de encima. Por convencimiento también. Tengo un convencimiento nacional y popular de la vida que no puedo desprenderme.

— Usted realizó el Martín Fierro en collage ¿Por qué se le ocurrió?

— Es la única versión que hay así. Yo siempre quise ilustrar el Martin Fierro, sólo había hechos dibujos. Siempre quise hacerlo pero me asustaban las personas que ya habían encarado al Martín Fierro como ser Lamela, Carlos Alonso; un montón de tipo geniales que yo me compraba y me preguntaba ¿qué iba a hacer con eso?. gaucho-beas-13

Pero pasó el tiempo y como yo al Martin Fierro siempre lo ví como denuncia social, no tanto como literatura. Me interesaba su parte de denuncia social de un extracto social que eran los gauchos y en base a eso un día retomé con los collages que ya venía haciendo para el diario y así se me ocurrió. De tanto ensuciar papeles y trapitos, terminé el Martin Fierro.

— ¿Cómo ve que ha avanzado el arte en estos 50 años?

— Este es un concepto muy personal. Para mí el arte que no tenga el contenido social y político de la gente que lo crea e interpreta, para mí no es arte. No existe el arte por sí mismo. Si yo soy artista y pinto sólo para mí, en realidad no tengo contexto social. Desde ese punto de vista, te digo que el artes en estos momentos se ha convertido en un arte de “llame ya”…

— ¿Cómo sería eso?

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— Algo totalmente pasajero, sin contenido, que no está dirigido a nadie y lo que es peor, el gran público no lo recibe. Yo no soy partidario de los coleccionistas por ejemplo porque tienen una obra de arte de un tipo que pintó una genialidad sólo para él y su familia. En cambio si soy partidario de los museos o compartir las obras a través de la gráfica. Donde se impriman esas obras a bajo costo para que todo el mundo tenga acceso a ver esas obras. Que tenga una representación simbólica. Para que uno se dé cuenta de esto, es saber que lo grandes artistas nunca han pintado para ellos sino, para los demás, desde la capilla Sixtina y todo lo demás, pintores era para el público y ese concepto de arte, de contenido social, es como yo me siento bien con el arte.

— ¿Hay lugar en el país para los artistas?

— Es bastante difícil, yo tuve una suerte aparte porque yo fui bancario 16 años y siempre tuve en la mente irme y vivir del dibujo y realmente en los 80 vivir del dibujo no era fácil. Pero a mí me convocaron porque se abrió el diario “El país de la noticia” y ingresé en la gráfica, en ese momento eran dibujante artístico, así se llamaba y yo no conocía la gráfica. Gracias a un gran amigo que tuve en ese momento, Roberto O’keefe, el me enseñó lo secretos y a partir de ahí empecé a trabajar y me jubilé hace poco tiempo en La Capital, pasé por unos cuantos diarios y revistas.

Una pequeña muestra de su trabajo