El Club Italiano sigue inmerso en un escenario de incertidumbre sobre su futuro, que será definido por la voluntad mayoritaria de sus socios. Las versiones cruzadas abundan y provienen de dos sectores en pugna. Por un lado, un sector denuncia la existencia de un lobby inmobiliario que busca, con el apoyo de miembros del poder legislativo local, construir un edificio en el terreno que actualmente ocupa el club. Por el otro, niegan esta versión y la califican como «bombas de humo».

El ex directivo del Club Italiano, Pedro Nino Nefonte, aseguró durante los últimos días que la institución «no corre ningún peligro». De esta manera descartó la versión de un lobby inmobiliario y político que quiere quedarse con el edificio de 1400 metros cuadrados ubicado en Buenos Aires 1252. Al mismo tiempo y en conversación con Radio 2, afirmó que es imposible que el terreno se done al gobierno de Italia como pretendía el cónsul Martín Brook: «Lo han asesorado mal».

A esto respondió el coordinador Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior, Franco Tirelli, quien apuntó que no asesoró mal al titular del consulado, sino que le pidió colaboración para levantar al club, a lo que Brook respondió ofreciendo su ayuda para conseguir recursos del gobierno italiano que sirvan para refaccionar el inmueble, actualmente deteriorado.

«La intencionalidad de hacer un edificio hace mucho que está», dijo Tirelli ayer a Radio 2 en una entrevista en la que también contó que Nefonte habría intentado convencer a la asamblea hace unos años para construir allí un edificio y quedarse con la planta baja. De esta manera, acusó al ex presidente del club de haber intentado en 2012 efectuar la venta del terreno para un desarrollo inmobiliario.

Este escenario de versiones cruzadas tuvo otro capítulo este jueves. Esta mañana el frente de la sede del Club Italiano ubicada en Buenos Aires y San Juan amaneció con carteles pegados en los que se puede leer el apellido de un concejal de la ciudad de Rosario y el de un diputado provincial, junto al del ex directivo de la entidad.

«No al negocio inmobiliario de (Rodrigo) López Molina, (Pedro Nino) Nefonte y (Germán) Mastrocola. Viva el Club Italiano!!!», dice uno de los carteles, mientras que otros tienen como consigna «digamos ‘no’ al vaciamiento y a la venta del edificio del Club Italiano. Fuera López Molina, Nefonte y Mastrocola».

Por lo pronto, la institución debe convocar a elecciones que definirán a los integrantes de la nueva asamblea. En las últimas horas se conoció que un total de 1.444 socios -si es que no hay ninguna impugnación cuando se analicen las nuevas asociaciones- definirán quiénes serán los integrantes de la próxima comisión directiva. Cabe aclarar que hasta el momento no ha sido oficializada ninguna postulación.

El temor del sector al que está vinculado Tirelli es que muchos de los nuevos socios hayan ido a asociarse con la intención de imponerse cuantitativamente con la idea construir un edificio en el terreno de 1400 metros cuadrados.

Planeamientos cruzados

Lo cierto es que se trata un edificio que, al ser catalogado como patrimonio histórico, no se puede demoler.

Según relataron fuentes internas de la institución a Conclusión, Nefonte, quien actualmente regentea el club, estaría en tratativas o bajo el ala del embajador italiano, y “más allá de que públicamente dicen que no se va a demoler”, abogan la postura de que el inmueble “no da para más y hay que demolerlo y hacer otro club”.

El factor clave en esa intención, siempre acorde a esa versión, se destrabaría en el Concejo Municipal de Rosario, más precisamente en la controvertida comisión de Planeamiento.

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Allí, las miradas, de uno y otro lado en la disputa de poder dentro del club Italiano, según el testimonio de mismos afiliados, apuntan al Pro. Puntualmente mencionan al concejal Agapito Blanco, quien es el “entendido” en el tema en la bancada de Cambiemos en el Palacio Vasallo, a Roy López Molina, quien preside ese bloque, y al diputado provincial Germán Mastrocola.

Por otra parte, las suspicacias se multiplican por estas horas en la tradicional institución rosarina.

“Este miércoles, por ejemplo, hicieron una campaña de afiliación para que en la asamblea que se haga en un mes se vote ‘no a la demolición, sí a reformas internas’. Acá vino gente que no conocemos y tenemos miedo que hayan mandado a 600 personas a afiliarse para votar a favor la demolición”, dijo un afiliado del club a Conclusión, al tiempo que pidió resguardar su nombre.

Agapito Blanco – Presidente de la Comisión de Planeamiento

“Detrás de esto se esconde un negocio inmobiliario, como siempre en los últimos años de la ciudad. Muchos afiliados lo tienen claro, quieren deteriorar al club para avanzar con una construcción”, agregó la misma fuente.

Vale recordar que, en las últimas semanas, emergieron a la superficie algunas de las discusiones que orbitan a la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal.

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Allí se da una fuerte disputa entre posturas perfiladas al “modelo urbano” de la ciudad, por ejemplo, la de Agapito Blanco, que representa allí al bloque mayoritario del órgano legislativo local, el de Cambiemos, y otras como la de la presidenta de esa comisión, Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, o Juan Monteverde, de Ciudad Futura.