Una familia de barrio La Cariñosa debió atravesar un largo camino -como muchas familias en el país- para finalmente poder conseguir legalmente la adopción definitiva de su hija. Tras años de recorrido, finalmente el trámite se concretó, pero la Justicia debía notificar a la madre biológica. El principal problema para ello era que la familia no tenía manera de contactar a la mujer, por lo que inició una campaña para ubicarla, que terminó con final feliz.

Es que hace doce años un matrimonio se hizo cargo de una niña que fue entregada por su mamá biológica por no poder cuidarla debido a estar en situación de calle.  Esta mamá adoptiva decidió cuidar a la niña con la idea de que iba a ser temporal y que la madre volvería a buscarla cuando estuviera en mejores condiciones, cuestión que no ocurrió y ahora la nena ya lleva doce años junto con su familia.

Con el paso del tiempo, y por los compromisos legales que se deben cumplir, María F., mamá responsable de la niña, comenzó a realizar los trámites de adopción para que la pequeña crezca con todos los derechos que le corresponden.

Sin embargo, la Justicia precisaba de la presencia de la madre biológica en el tribunal para que pueda ser notificada de que la pequeña pasa a formar parte de la familia adoptiva bajo todos los términos de ley. De otra forma, el trámite no podría avanzar. Es así como la familia inició una campaña para intentar encontrar a la madre biológica, ya que desconocían su domicilio, ni tenían forma de contactarla.

En diálogo con Conclusión, María, la madre del corazón de la niña contó cómo comenzó esta historia de vida, que «es la historia de mi hija, porque para mí va a ser siempre mi hija un apellido tampoco va a cambiar nada. M. vive conmigo desde los tres meses cuando su mamá, en situación de calle, me la entregó un día que pasó por mi casa, porque yo la ayudaba, y me dijo que no la podía tener más porque no estaba en condiciones de criarla. Me la dejó con una bolsita con su ropita y sus pertenencias».

«El Juzgado de Familia 4 el 5 de agosto me otorgó la guarda y la adopción, y entra en vigencia su nuevo apellido», contó la mujer. «Yo esperé más o menos un mes. Después la nena tuvo muchos problemas de salud, caímos internados en el hospital de niños, varias internaciones, la última estuvo casi un año, estuvo muy crítica la situación de ella. Entonces, en ese momento me agarró un asistente y me dijo que no podía tener la nena sin papeles porque podría tener muchos problemas a futuro. Yo no quería iniciar ningún trámite sin saber si me la iba a ceder legalmente o fue un apuro», continuó la responsable de la niña.

La última vez que las dos mujeres se habían visto fue «el 26 de noviembre del 2019. La vi por casualidad en la parada de colectivo de Pellegrini y Oroño y le dije que teníamos audiencia y se fue, me dijo que ya venía, pero nunca apareció».

La situación de la mujer era desesperante: «La jueza me dijo que necesitaba que aparezca la mamá. Yo le dije que es imposible encontrarla. Me respondió que para no tener problemas a futuro tenían que notificar a la madre. La jueza me ofreció que Tribunales la puede buscar, pero yo no quería que pasen dos años y ella no aparezca».

Así, la mujer inició una campaña en redes sociales para encontrarla, que dio resultado, ya que una persona, a través de sus publicaciones, se contactó para avisar que había visto a la mujer en la zona del Mangrullo. María rápidamente se dirigió hasta allí, le comunicó la situación a la madre biológica, quien accedió a dirigirse a Tribunales para recibir la notificación.

Emocionada, la madre finalizó: «Yo sabía que por la gente la iba a encontrar pero no pensé que tan rápido».