Por Belén Corvalán 

En Argentina nacen por año aproximadamente unos 7.000 chicos con cardiopatías congénitas, una malformación del corazón que se produce durante la vida fetal. El Hospital Dr. Víctor J. Vilela de la ciudad es un referente nacional en resolver intervenciones a niños con estas patologías que no tienen obra social.

En el 2016, en el Hospital se realizaron 179 cirugías (con seis óbitos, una mortalidad cada vez más baja con respecto al 2015) de pacientes que portaban este tipo de patologías. Según reflejan las estadísticas aumentó el número de operaciones y se bajó la mortalidad en comparación con el año pasado. Durante el 2016 la mortalidad relevada en el hospital por cardiopatías congénitas fue del 7%, aunque cabe destacar que ese número corresponde a pacientes que además presentaban otras malformaciones.

La doctora Baggio, jefa del Departamento de Pediatría, quien trabaja allí desde 1984, destacó que “la misión del Hospital es dar resolución y poder alojar a los pacientes sin cobertura de obra social, o con una cobertura deficiente”.

Si bien siempre se atendieron a pacientes con este tipo de patologías, fue en el 2005, a partir de la incorporación del Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas (PNCC) del Ministerio de Salud de la Nación, cuando tomó mayor impulso, y los cambios positivos comenzaron a hacerse notar en las estadísticas de los pacientes asistidos en el Hospital.

De las cardiopatías congénitas las que se dan con mayor frecuencia son: tetralogía de fallot, comunicación interventricular, comunicación interauricular, y el ductus. La doctora destacó que “En el caso del ductus, o las comunicaciones interventriculares haciendo la cirugía lo más precozmente posible, el niño tiene una expectativa de vida normal», y agregó: “Nosotros estamos avanzando en la complejidad de las patologías que estamos resolviendo. Hoy estamos recibiendo pacientes con retorno venoso anómalo, estamos bajando la edad de resolución”, ya que según manifestó, cuanto antes sean asistidos los resultados son mejores.

De acuerdo a los síntomas, si bien depende mucho de la patología que presenten, una forma en que se manifiesta es cuando se produce una alteración entre los pulsos de la parte superior, con los de la parte inferior; o en el caso del ductus, se manifiesta en el niño con broncoespasmos a repetición.

Sin embargo, hoy en día el avance de la tecnología permite detectar la patología desde que el bebé está en la panza de la mamá, gracias a la realización de ecografías prenatales especializadas, un estudio ya instalado en el Hospital. Estos pacientes son derivados desde obstetricia para que sean diagnosticados en forma prenatal y así saber si presenta alguna cardiopatía compleja, y según cual fuere, que sea derivada al centro de atención que le corresponde.

Por otro lado, hace tres años se incorporó otra modalidad de resolución, la hemodinamia intervencionista, mediante esta técnica no es necesario que el paciente que presenta la cardiopatía sea intervenido quirúrgicamente, la doctora explicó: “tenemos patologías que se resuelven por hemodinamia, una resolución en la que no es necesario que se opere. Sino que mediante un catéter se coloca un dispositivo para resolver ciertas malformaciones.

Con respecto a ello, manifestó: «Este también es un salto de calidad que nosotros estamos empezando a hacer”.

Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas (PNCC)

El programa se implementa en el 2005 con el fin de garantizar una resolución quirúrgica a todos los niños del país sin cobertura social que sufren de esta enfermedad en el corazón. El objetivo principal con el que surgió fue reducir la tasa de mortalidad infantil, “nace con esa mirada, de saber lo que hay, y que hay que resolverlo», destacó la médica.

Según explicó la profesional este programa está destinado a otorgar dos puntos fundamentales, por un lado, la asignación de recursos y equipamiento tecnológico, y por el otro, la formación de los profesionales, como por ejemplo el otorgamiento de becas al exterior para realizar especializaciones.

El programa lo tomó Municipalidad de Rosario, junto con provincia, “se decide que los recursos asignados sean destinados para mejorar la provisión de insumos, que a nosotros nos faltaba mucho, porque en el Hospital teníamos mucha tecnología atrasada”, expresó la Dra. Baggio.

Sin embargo, asume que no fue una mera casualidad que el Hospital Vilela haya sido el elegido para alojar este tipo de plan, sino que se debió a una serie de cuestiones que hicieron posible que se lleve a cabo ahí, como por ejemplo que ya había un equipo médico armado, que recibía una gran demanda.

“El programa le genera una inyección que potencia todo este recurso humano, sobre todo con los equipamientos de avance tecnológico que era de lo que carecíamos. Gracias a eso hace que cada vez tengamos mayor número de cirugía, de más complejidad y mejores resultados”.

Sin embargo la especialista expresó que hasta llegar a todo lo que han logrado al día de hoy fue un camino lento y difícil, y aún continúa siéndolo, “los niños con cardiopatías congénitas necesitan de mucho, no necesitan únicamente de un buen cirujano, sino de todo un sistema que esté reconociendo tempranamente, alojando en alguna maternidad, trasladando, recibiendo, y de todo un equipo de cardiólogos, anestesistas, recuperadores, para que el pre y el post estén asegurados, porque el cirujano sólo no alcanza”, expresó la doctora.

Si bien antes del programa todos esos dispositivos ya existían, ya que se contaba con un equipo médico armado, no se compara con el nivel de especialización y calidad que se fue logrando posteriormente, y en eso el programa nacional tuvo mucho que ver destacó la profesional, y agregó que “por empezar no teníamos una bomba de perfusión tan buena como la de ahora”.

En todos los problemas referidos a la salud, el tiempo vale oro, y un punto en el que el programa hizo hincapié es la agilidad en los carriles de derivación. El PNCC cuenta con un Centro Coordinador Nacional que trabaja en forma articulada con equipos de salud de todo el país.

Según la complejidad y la territorialidad del paciente que acude, el Centro Coordinador se comunica con el referente local que es quien planifica a dónde y cómo será recibido, es todo un trabajo en conjunto. Antes del programa todo este proceso era realizado por acciones personales que retrasaban la asistencia del paciente.

“No es lo mismo un niño que se opera a los cuatro meses, que uno que al año y medio. Una operación de una comunicación intraventricular que no se opera en el momento adecuado le va generando al niño una desnutrición cada vez mayor”.

Los logros que se van realizando están a la vista, cada vez es un mayor número de chicos el que accede a la operación que necesita, con muy buenos resultados. La Dra. Baggio destacó al respecto: “esperemos que no se corte, porque a nosotros nos ha generado grandes beneficios”, manifestó haciendo referencia al temor existente por alguna política que pueda llegar en el futuro a limitar el programa. “Antes del PNCC había menos posibilidades en todos los aspectos, luego todo fue mejorando, cuando están los recursos necesarios, dan paso a tener otros resultados para el paciente”, expresó.

“Es un sol que no lo podes tapar con una mano”, manifestó la médica, y agregó: “es una realidad, yo viví los niños de un año con canal ab que se nos morían, meses y meses internados en la terapia con respirador desnutriéndose, y cuando les llegaba la operación, por supuesto que se morían”, “Nosotros decíamos «este niño perdió el tren».

En cambio con la instalación del programa se abrió un abanico de posibilidades y oportunidades para un montón de niños/as, “el programa vino a subirlos a todos al tren, y en el momento que tienen que subir, cuando todavía tienen chances, no cuando van a quedar con secuelas, o alguna patología”, finalizó.