«No podemos descontextualizar el momento de crisis del colectivo del que vive el país» comienza Esteban Paulón al ser consultado por Conclusión sobre la situación de los derechos y garantías del colectivo LGBT en Argentina. En vísperas de la 14º Marcha del Orgullo en Rosario, el Subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual reflexiona sobre las dificultades de las disidencias sexuales en el contexto de la crisis económica que atraviesa Argentina.

«No ha habido una persecución estatal específica hacia el colectivo LGBT por parte del macrismo. A la par de que se habilitaron y se dieron espacio, sopretexto de la libertad de expresión y la democratización de la palabra, a expresiones que trajeron mucho odio y que generan animosidad en la sociedad en contra de determinados colectivos». Para Paulón, la crisis económica fue acompañada por un avance en los «discursos de odio», cosa que comprometió gravemente en términos de empleo y seguridad a las disidencias sexuales.

El militante de los derechos LGBT alega que » Si bien no hubo un mensaje dirigido a perseguir y odiar al colectivo LGBT como si lo puede haber con Bolsonaro en Brasil, si es cierto generó un clima que si no promovió eso, dejó hacer. Y ese dejar hacer, en un contexto regional complicado, termina impactando». El apoyo del gobierno nacional hacia políticas de seguridad más estrictas y la «persecución contra los movimientos sociales, piqueteros hasta alguna habilitación de discursos que vienen de sectores evangélicos, algunos sectores de fe, que tienen realmente muy clara en persecución al colectivo LGBTIQ» derivaron en lo discursivo en expresiones de «negación» de la identidad de género, de la existencia de personas trans y de «descalificación contra la Ley de Matrimonio Igualitario», la descalificación de la ley ESI y la circulación de la Campaña «Con Mis Hijos No Te Metas».

«Vivimos en un momento de crisis generalizada. Y siempre en los momentos de crisis, los sectores que tienen incrementada su vulnerabilidad por diferentes motivos van a sufrir con mucha más violencia ese impacto«. En referencia a la dificultad generalizada para la obtención de un empleo, y donde la inflación no ha dejado de crecer, «así como impacta mucho más fuertemente en niños, niñas y jóvenes, va a impactar más fuertemente en el colectivo LGBTIQ, y dentro del mismo específicamente en la población trans». «Hace pocos días tomábamos el conocimiento de que 55% de los niños y niñas del país son pobres. Te puedo asegurar de que en el colectivo trans ese número se acerca bastante al 80/85 por ciento. Lo que pasa es que se trata de una comunidad numéricamente mucho menor, si hablamos de niños y niñas pobres estamos hablando de millones, en la población trans estamos hablando de unas 9000 personas que ya han accedido al reconocimiento de identidad a partir de la Ley de Identidad Sexual». «En cualquier proceso, los sectores más vulnerados excluidos son los que más van a pagar el costo de esa crisis.

Los discursos de odio no son gratuitos. Los discursos de odio se terminan convirtiendo en acciones de odio

Cuando desde los sectores de poder habilitan el gatillo fácil, la brutalidad policial, el abuso de la fuerza institucional y la violencia institucional, la discriminación como algo que es posible, esos discursos que terminan siendo de los sectores de poder del gobierno nacional impactan en la vida cotidiana. La mayoría de los travesticidios que se han dado en el país son a manos de las fuerzas de seguridad.

Salta fue declarara como la provincia más violenta hacia el Colectivo LGBT, a partir del informe de la FALGBT del año pasado. «Dentro del colectivo si bien las mujeres trans son las del colectivo más pequeño, son las que más se mueren, y eso habla de la gravedad del tema». Según el informe de crímenes de odio del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio de la Federación Argentina LGBT, las situaciones de violencia contra las mujeres transexuales comprenden el 64% de los crímenes de odio registrados en el país durante el año 2018.

«Estos discursos de odio también habilitan a que en un McDonald’s una patota caguen a trompadas a un chico porque parece muy gay, o que un mozo sienta que puede echar a una pareja de dos chicas al grito de acá ‘no recibimos maricones’ entonces tenes las dos cuestiones, por un lado un discurso sobre todo encarado por Patricia Bullrich llegando al extremo de habilitar a través de un decreto a la identificación compulsiva de personas por la policía en transporte público. En lugar de adelantar, estamos en una situación de franco retroceso hacia épocas que nos acercan más hacia lo que sucedía en el Proceso ¿Quién sabe en término de qué le piden el documento? ¿Quién controla la policía?». 

Ha habido una voluntad para que las fuerzas de seguridad pudieran hacer a sus anchas

En referencia al Ministerio de Seguridad y las políticas públicas, Paulón hace referencia a que el «dejar hacer» permitió la generación de «dos problemas: las acciones generadas directamente por civiles alentados por la habilitación de ciertos discursos de espacios como la campaña ‘Con Mis Hijos no te Metas’ y la acción discriminatoria de las fuerzas de seguridad».

Realmente hay un discurso institucional que impacta en algunas acciones de las fuerzas de seguridad y que éstas cuando no son reprimidas siguen en términos de que desde la autoridad política no se les expresa que dichas acciones no son admisibles».

Para Paulón «no está mal que haya un instrumento para no violar los derechos personalísimos de las personas pero ¿desde dónde nos paramos? Si yo saco un protocolo para la detención de personas LGBTIQ, lo hago desde un enfoque claramente represivo».

Al ser consultado sobre el acompañamiento del gobierno de Cambiemos durante su gestión, respondió que «políticas públicas hubo: el problema fue de profundidad y escala». Paulón alega que las áreas que se crearon fueron inauguradas sin recursos, por lo cual «no tenés recursos concretos para accionar sobre el efecto concreto que tiene la discriminación: falta de empleo, discriminación del hogar». «La agenda del gobierno de Mauricio Macri ha sido bastante tacaña y de poco impacto».

Al hacer referencia a las fuerzas de seguridad de la nación, el subsecretario sentenció que «hay un discurso de que en aras de poner el foco en la seguridad, y para la seguridad hay que meter bala y mano dura, la mayoría de las víctimas de eso son los jóvenes, los pibes de los barrios».