A un año del crimen del niño de 11 años que conmocionó Empalme Graneros, su familia sigue exigiendo justicia por Máximo Jerez. En este sentido, familiares y amigos se concretaron en Pellegrini y Alvear para luego movilizar hasta el Centro de Justicia Penal. El día anterior sus familiares y amigos lo habían recordado con un minuto de silencios en el barrio Los Pumitas, ubicado en las profundidades de Empalme Graneros.

Pese al tiempo que pasó, su familia aún vive no solo con el dolor por la pérdida de Máximo, sino con el temor de la presencia de cerca de «Los Salteños» que aún siguen en el barrio por el barrio.

“Vivimos con los parientes de las personas que señalamos, que por culpa de ellos mataron a mis sobrinos, que son una hija de uno de los imputados y las otras son todas las tías. Aguantamos todo el año que te griten, insulten y te digan que sos una <planera>”, manifestó Antonia, tía de Máximo quien también fue víctima de ataques a piedrazos en su casa.

Este martes, en la previa del acto para recordar a Maxi, un patrullero de la Policía irrumpió en el lugar y fue a buscar a Antonia y a Julio – tía y padre de Maxi- con la excusa de que Antonia tenía que ir a la comisaría 12° para declarar en una causa por una denuncia anónima que habían hecho los vecinos pero de la cual ella no formaba parte.

Según contaron, se trató de un llamado anónimo en la que se aseguraba que había albañiles trabajando para reconstruir la casa bunker de Los Salteños de Cabal y San José, donde comenzó todo hace un año por la balacera de otro grupo narco que disputa territorio y negocio y en la que fue víctima Jerez.

En ese momento, todo fue confusión y bronca: “Nosotros nunca tuvimos problemas con nadie, nunca y esto nos duele un montón. Estamos cansados de tener problemas, queremos vivir tranquilos en el barrio, pero se ve que no se puede”, expresó Antonio.

Por ello, este miércoles decidieron concentrarse en Pellegrini y Alvear para luego movilizar hasta el Centro de Justicia Penal renovando el pedido de justicia y demostrando casi a gritos el hartazgo de un barrio inmersa en la violencia.

“Este martes hicimos una marcha pacífica y pasamos por donde está el búnker. Es un momento muy doloroso, nos falta un sobrino en la mesa. Se lo extraña mucho”, manifestó la tía del niño asesinado, Antonia.