El ex gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, falleció tras complicaciones en su salud derivadas de su cuadro crítico, el cual lo tuvo varios días internado en terapia intensiva con asistencia respiratoria mecánica, a causa de una complicación en sus pulmones que presentó como consecuencia del Covid-19.

Al no realizarse velatorio por la situación epidemiológica, los allegados al ex mandatario, quien falleció en horas de la noche de este domingo, se acercaron al espacio cultural para expresar su dolor por la pérdida.

El intendente Pablo Javkin fue uno de los presentes en la despedida del dirigente socialista. Llegó poco antes de las 10, antes tuvo que firmar el decreto que declara el duelo en la ciudad que Lifschitz gobernó en dos períodos, desde 2003 hasta 2011.

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«Hoy estuve en la mañana temprano firmando el decreto de duelo y veía todos los libros de aquello que dejó proyectado para la ciudad, todos los planes estratégicos y programas que Rosario tiene por delante. Siempre fue un tipo de una gran capacidad de trabajo, pero sobre todo tenía una gran prepotencia de pensar hacia delante. Lo hacía con su mentalidad de ingeniero: duro, a veces hosco, pero siempre proyectando hacia lo que viene», resaltó y agregó: “Miguel es un tipo que nos dejó una capacidad de trabajo enorme, inconmensurable”.

Javkin relató uno de los últimos contactos que tuvo con quien fue uno de sus antecesores en el cargo. Estando ya contagiado, previo a la internación, cruzaron unos mensajes en los que el intendente bromeaba: «Estás juntando anticuerpos para la campaña», le escribió. Es una manera de ejemplificar que el dirigente proyectaba continuar firme en la actividad política.

«Miguel era sin dudas la figura más importante que teníamos en el Frente. Estaba activo, no aceptaba un rol de una persona que volcaba su experiencia desde otro lado, era protagonista», explicó el titular del Palacio de los Leones.

Asimismo, consideró que hablar de legado le resulta complicado porque “es difícil verlo en esos términos, porque era una persona que uno tenía al lado empujando y a veces discutiendo. La verdad que es un golpe durísimo, era una persona muy joven. La enorme movilización de todos los sectores políticos demuestra que él ganó lo más difícil para un político: el cariño de los que no piensan de la misma manera”.

Por último, al ser consultado por si lo imaginaban nuevamente ocupando la Casa Gris, el intendente no mostró dudas: «Seguramente».