Foto: Conclusión

 

La organización formada por hijos de desaparecidos en Rosario nació hace casi 26 años de la mano de jóvenes que buscaban compartían el objetivo de luchar por los derechos humanos y por justicia para las víctimas de la última dictadura militar. Una de las personas que participaron desde el inicio del colectivo fue Juane Basso, quien con los años se transformó en un referente de los derechos humanos en la ciudad.

Basso murió el 4 de marzo de este año producto de una descompensación cardíaca en un complejo de Brown al 3000, mientras jugaba al fútbol. Este 24 de marzo será el primer Día de la Memoria que se conmemorará sin la presencia física de Basso.

Por eso, uno de sus compañeros en la organización y en el periodismo, carrera que compartían, Santiago Garat lo expresó de esta manera: «Nos falta Juane, un hermano, un compañero que era el alma de las marchas, del acto, de la palabra, además de todo lo que significaba para nosotros».

 

«Este día tenemos sensaciones encontradas pero tratamos de hacer todo con alegría, que es lo que nos enseñaron, las madres y las abuelas. Este año en las remeras a la consigna Memoria, Verdad y Justicia se le agregó Alegría».

Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio nació el 14 de abril de 1995 a partir del encuentro, ocurrido en la localidad cordobesa de Río Ceballos, de descendientes de detenidos-desaparecidos entre 1976 y 1983.

Los jóvenes comenzaron a reunirse y, buscando justicia para sus padres, realizaron escraches en las viviendas de genocidas –quienes se encontraban en libertad por las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y los indultos- bajo la consigna “Juicio y Castigo”, reclamando que se retomen los procesos judiciales por delitos de lesa humanidad.

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El propio Basso, en charla con Conclusión en abril de 2020 lo describía así: “Teníamos el deseo de ser parte de un proceso de cambio, transformación, no queríamos a los genocidas sueltos, que los nietos sigan sin conocer su identidad”.

Lazo de hermandad

La organización formó más que compañeros, hermanos. «Con el compañero nos une un lazo de confianza indestructible, que nos hacía pensar que así fue con nuestros padres. Conocimos una dimensión humana diferente: la militancia, en la que nos unen lazos indestructibles de confianza. Otro tipo de amistad porque está unida por definiciones muy profundas, consensos, acuerdos, entonces el lazo es muy potente», expresó Basso.

«Para HIJOS una de nuestras banderas fue pelear por una sociedad más justa como lo hicieron los desaparecidos», cerró el militante en esa oportunidad.