Foto: Florencia Vizzi

Desde hoy una placa de la Red Nacional de Sitios de Memoria, recuerda que la “Escuela Magnasco” funcionó como Centro Clandestino de Detención (CCD), durante la última dictadura. Del acto participaron los alumnos y docentes de la escuela, autoridades del gobierno provincial y nacional, las Madres de la Plaza 25 de mayo, miembros de los organismos de DDHH de la ciudad, los diputados nacionales Josefina González y Eduardo Seminara y la diputada provincial Alicia Gutiérrez.

El acto comenzó con las palabras de la nieta recuperada Sabrina Gullino, hija de Raquel Negro, que estuvo detenida en la Escuela Magnasco mientras cursaba el embarazo de Sabrina y su hermano mellizo que todavía no recuperó la identidad. Sabrina les habló a los alumnos presentes, a quienes les narró su historia de vida y recuperación de la identidad, recordó que su madre estuvo allí mientras estaba detenida y resaltó la decisión del gobierno nacional para recuperar como sitios de memoria, los lugares que funcionaron como centros clandestinos. Además Gullino se refirió a la necesidad de avanzar con las investigaciones sobre los instigadores y beneficiarios civiles de la dictadura. «Se me hacia un nudo en la pansa al venir hoy acá, es un lugar con el que no me termino de amigar, pero me parecía importante estar para dar mi testimonio ante los estudiantes» dijo Gullino y continuó  «Lo que me dio mucha alegría fue pensar en que a partir de ahora este es un Sitio de Memoria gracias al trabajo y la resistencia muy fuerte que hicieron las abuelas de Plaza de Mayo, las madres, los hijos y familiares; y con la voluntad política de un gobierno nacional que comenzó a desmantelar las consecuencias del terrorismo de Estado», finalizó Gullino.

El siguiente en tomar la palabra fue el representante de la red federal de sitios de memoria Gonzalo Vázquez quien recordó que hubo más de 600 CCD a lo largo y ancho del país durante la última dictadura de los cuales 117 ya fueron señalizados, a su turno la Ministra de Educación de la provincia Claudia E. Balagué, resaltó la importancia de poder señalizar la escuela, y reflexionar con los alumnos y docentes sobre lo ocurrido durante la dictadura, además Balagué señaló el compromiso de su ministerio de continuar trabajando por la memoria y la justicia. El ministro de Justicia y DDHH de Santa Fe Juan Lewis, agradeció el trabajo de los organismos de DDHH, que durante años lucharon por preservar la memoria y juzgar a los responsables de los crímenes, además recordó que durante el juicio Guerrieri, quedaron demostrados los hechos que ocurrieron en el circuito represivo que integraban entre otros sitios, la “Escuela Magnasco”, la “Quinta de Funes” y la “Intermedia”. Lewis, destacó además el valor de los juicios como la forma más estricta de revisar y escribir los hechos acontecidos durante la última dictadura, y recordó a Fidel Toniolli y Cecilia Nazábal, dos militantes por los DDHH, ya fallecidos, cuyos familiares estuvieron detenidos en ese lugar.

Por último tomó la palabra el Vicegobernador de la provincia Jorge Henn, quien agradeció a las Madres y los organismos de DDHH por su trabajo continuado a lo largo de los años, Henn dijo además que a partir de ahora ese espacio estará comprometido a través de la señalización, que es una forma de visibilizar la lucha de muchos.

Una vez finalizado el momento de las palabras, los presentes se dirigieron al frente de la escuela ubicada en la esquina de O. Lagos y Zeballos, donde se descubrió la placa que recuerda la historia del lugar y lo señala como espacio de memoria. Los alumnos y docentes de la escuela “Osvaldo Magnasco” podrán decir desde hoy que trabajan y estudian en un sitio de la memoria, integrado a la Red Federal.

La historia de la Magnasco

De acuerdo a lo que se ventiló en dos juicios por delitos de lesa humanidad que investigaron lo ocurrido en la “Escuela Magnasco”, allí fueron derivados los detenidos-desparecidos que estaban en el centro clandestino conocido como “Quinta de Funes”, en enero de 1978.
El traslado se realizó de un modo apresurado luego de que un detenido en la “Quinta de Funes”, Tulio Valenzuela, fuera enviado a México por el Ejército para que delatara a la cúpula de Montoneros radicada en el Distrito Federal de ese país. El entonces director de la escuela, Néstor Bertotti, que además se desempeñaba como Personal Civil de Inteligencia del Ejército (PCI), ofreció las instalaciones de la escuela para alojar a los detenidos.
Valenzuela, que había dejado a su compañera Raquel Negro embarazada en la “Quinta de Funes”, logró escapar de sus captores y denunció lo que se conoció como “Operación México”.
Un periodista mejicano llamó a la “Quinta de Funes” y el entonces comandante del II Cuerpo de Ejército, general Leopoldo Galtieri, ordenó desalojar el centro clandestino.
Según el único sobreviviente, Jaime Dri, los detenidos-desparecidos fueron trasladados durante unos 20 días a la “Escuela Magnasco”, que estaba desocupada por las vacaciones de verano.
Finalmente, los detenidos fueron trasladados a mediados de febrero de 1978 a una casa ubicada en una zona suburbana del Gran Rosario, llamada “La Intermedia”, donde fueron fusilados, según se constató en los juicios realizados en Rosario en 2010 y 2013.