1. Por Graciana Petrone

Adrián Gianangelo, hermano de Débora, una de las víctimas fatales de la tragedia de calle Salta 2141, es integrante de la única familia querellante en la causa judicial. Adelantó a Conclusión que al cumplirse un nuevo aniversario de la tragedia realizarán también un acto desde Arteaga, la localidad de la que era oriunda la joven estudiante de abogacía.

A la misma hora, a las 9.38, se hará en la plaza de Arteaga con el toque de sirena de la Brigada de Bomberos local. De esta manera, se llevará a cabo en manera simultánea y será transmitido vía streaming.

“Para continuar exigiendo justicia: 2141 Hasta el final”

La familia Gianángelo es actualmente la única querellante de la causa. En este sentido, Adrián explicó que los demás implicados “firmaron un acuerdo voluntario económico con lo cual en una de sus cláusulas decía que no podían accionar legalmente contra el gasista, los matriculados, los reclamistas, la empresa y el consorcio”.

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“Esto está probado en el juicio. Fue muy difícil, la mayoría de los testigos no podía decir nada. A nosotros nunca nos llamaron para un acuerdo porque saben que a esta familia nos mueve el amor, nada más, y que la vida de mi hermanita no tiene precio», manifestó.

—¿Cómo continúa la causa?

—Al día de hoy somos la única familia querellante, el Ministerio Público de la Acusación se baja en la parte en donde pedimos la inconstitucionalidad de la sentencia de primera instancia y cuando queda firme en la Cámara de Apelación. Luego de allí está el recurso de inconstitucionalidad, sin el MPA quedamos solos.

—Llegaron hasta la Corte Suprema de Justicia de la Provincia…

—Presentamos en soledad el recurso ante la Corte Suprema de Justicia de santa Fe que nos deniega el recurso de inconstitucionalidad y, en septiembre de 2021, vamos en queja por la negatoria con un recurso extraordinario federal a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Estamos parados en ese lugar, desde marzo de 2022 el expediente está en despacho. Es el número 2091/22.

—Y como dice su familia, van a ir hasta el final…

—Hasta el final. Nosotros nunca, jamás, y hace nueve años que lo sostengo: nunca vamos a aceptar un acuerdo económico que te deja fuera de la causa. De ahí la importancia de ser querellante en la Argentina porque si no hubiera sido querellante, hoy no estarían hablando de calle Salta porque la causa se hubiera terminado, porque las 21 familias restantes arreglaron, los 60 heridos que hubo arreglaron, los 300 damnificados arreglaron y nadie sostiene la acción penal.

 

—¿Cómo es la situación de los testigos cuando se hacen los acuerdos y cómo afecta para quienes continúan con la querella?

—Todo se hace más difícil. Pero primero hay que tener en claro que el juicio tuvo tres partes, una de un Tribunal Colegiado, que fue oral y público; la otra parte la Defensa que son 11 imputados gracias a la familia Gianángelo, porque 48 horas antes hubo una gravedad constitucional terrible que fue que la fiscal Graciela Argüelles dice que dos personas no eran imputables para ella, tuvo seis años para definir y cuando vamos a la acusación, se tumba la defensa porque era un bloque entero: el gasista se defendía junto con los de Litoral Gas y con la administración, si caía uno, caían todos.

—¿Qué es lo que ustedes sostienen como querellantes?

—Nosotros íbamos con la teoría que haba de la cadena de responsabilidades. El gasista es un asesino, pero los otros también. Cada uno en esa tragedia evitable aportaron su omisión o acción para que esto pasara. Nosotros decidimos hacer una acusación conjunta, primero por el dinero que representa enfrentar a esta empresa multinacional y es obvio que hay que recolectar testigos, buscar pericias y ese dinero no lo teníamos, pero como era un delito que afectaba el bien público, afectaba al Estado y es el Estado que tiene el deber de perseguir penalmente a las personas responsables de un estrago.

—¿Cómo les afectó como querellantes la decisión de Argüelles?

—La fiscal, al bajar la imputación de once a ocho, hizo que como querella teníamos que sostener a los once, porque era mi teoría, la de la acusación subjetiva. Hubo once personas en el estrado y si la fiscal hubiera presentado la inconstitucionalidad conmigo, la Corte, cuando recibe una acusación, recibe una acusación entera. En cambio, recibió a una sola familia de un delito público y que no tiene el apoyo del Estado. Ahora pasa lo mismo, yo voy a la Corte Suprema de Justicia de la Nación sin apoyo del Estado.

“Algo positivo”

En cuanto al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, Gianangelo destacó el desarrollo de la ministra Angélica Gastaldi en la resolución y es, según explicó, que “cuando falla la Corte y los Tribunales anteriores no tuvieron en cuenta el cúmulo probatorio ni tampoco la responsabilidad de los reclamistas de la empresa Litoral Gas”.

“Es quizás, un fallo dividido que puede favorecernos como querellantes”, agregó. Y abundó: “Para ellos (por la Justicia) el responsable fue el gasista, pero yo tengo pruebas de que no es así. Nosotros estamos pidiendo Justicia a la Justicia, es una risa esto”.

—¿Por qué el acto en memoria desde Arteaga?

—Mi mamá no está bien de salud. Cada año que pasa se nos va la vida, pero la dignidad la tenemos intacta y la lucha por la Justicia siempre queda. Pero es una realidad que mis padres están grandes y decidimos hacer lo mismo que se hace en Rosario, pero en Arteaga, de donde somos y donde están los amigos de mi hermana y mis amigos. A las 9.30 arranca con el toque de sirenas, todo eso va a ser transmitido por stemeeng y, lo más importante que hacemos este año, es una misa por las víctimas al día siguiente, el domingo a las 10.30. La misa será oficiada por el padre Roberto Bigolín, que es el párroco de Arteaga, y también será transmitida vía stremeeng. La gente nos pedía estar juntos. Nosotros traemos gente a Rosario, pero no es lo mismo estar en la comunidad, con el paso de los años nos agarró emocionalmente un poco más machacados.

—¿Cómo siguió tu vida luego de la muerte de Débora?

—El gran problema que tuve es que, desde que pasó la tragedia, es no pude terminara la carrera, me faltan cuatro materias para recibirme de abogado. Sí me pude recibir de otras cosas, soy mediador comunitario. Estudiaba abogacía con mi hermana y es como un trauma que me quedó, no puedo volver a la facultad. Desde los 18 años trabajé en estudios jurídicos, siempre haciendo escritos jurídicos. Luego entré en la Municipalidad siendo mediador y viendo la manera de poder ayudar a la gente.

Amo la abogacía, estoy todo el día leyendo, pero hay una realidad, de que la gente que está en la facultad es la gente que está en contra de mi juicio (por algunos profesores que son abogados o funcionarios judiciales) y se me hacía difícil verles las caras. Era toda una lucha interna.

Yo me quedé, aposté a la ciudad de Rosario, me quedo porque quiero que la muerte de mi hermanita no haya sido en vano, en esta lucha de mi familia, que todos los días la pedaleamos, estudiamos la causa, buscamos abogados nuevos. Ahora conseguimos una abogada especialista en recursos. Nosotros somos así, por eso decimos que siempre vamos a ir hasta el final, hasta los últimos días de mi vida.

Nosotros venimos de una familia de laburantes y mi hermanita era todo, era la luz de nuestra casa, y estos tipos nos arrebataron todos los sueños. Ella se vino a estudiar abogacía porque me admiraba y quería hacer lo mismo que yo, nos arrebataron el corazón y nos hundieron en la máxima oscuridad.