Por Alejandro Maidana

Cuando la necesidad de fortalecer la dignidad es premisa fundamental, la villa se organiza de manera horizontal. Visibilizando al de al lado, empoderándose, entendiendo que la estigmatización, es sólo una virtud de los miserables de alma.

El anonimato de los integrantes de este colectivo de vecinos y militantes, gambetea las mezquindades del electoralismo, para darle paso a las asambleas que pretenden hacer añicos  la utopía.

La articulación con otras asambleas del país, es parte de este camino de concientización y politización. En el país, La Poderosa se expande en más de 46 barriadas, es allí en donde las problemáticas que se padecen, son abordadas en profundos debates.

El estado presente, de esa manera….

Se suele justificar a las carencias profundas de las barriadas, con una frase gastada y carente de sustento alguno: “La ausencia del estado”. Contextualizando a la misma, estaríamos cayendo en una trampa artera, el estado está más que presente, pero de esa manera.

“No podemos esperar nada del estado, el mismo se hace presente de esta manera, es por eso que estamos organizados hace 15 años” de esta forma iniciaba la charla con Conclusión una de las militantes de La Poderosa.

En el último año y medio, la profundización de las necesidades básicas hizo mella en la médula barrial “Esto lo podemos palpar a través de los merenderos y comedores que se han abierto en este último tiempo. Lo que ha obligado a reforzar nuestra militancia y afianzar los pies en el barro, cada merendero que se debe abrir, es una paso atrás, trabajamos para que estos desaparezcan” describía.

Las inquietudes del barrio

Esta organización se para sobre la base de la educación popular, entendiendo que los pibes y las pibas del barrio tienen un sinfín de inquietudes. Sobre este tema alza la voz otra militante de manera anónima, porque acá los egos no garpan “Consideramos que no hace falta tener ningún título académico para brindar una mano en el barrio. Es las misma barriada que tiene mucho para dar, y es desde ahí que construimos los talleres y espacios que los mismos vecinos proponen”.

Reuniones semanales ponen en agenda temas prioritarios, transforman ese aire con olor a letargo en pura resistencia. La organización desde abajo, escuchando, participando, y dándole ese lugar tan necesario a los vecinos, es para La Poderosa la única manera de construir poder popular “ Tenemos muy en claro que los vecinos de las barrios no aparecieron de un día para el otro, vienen resistiendo hace mas de 60 años en condiciones muy espinosas.  Nosotros siempre decimos que al barrio vamos con la mochila media llena, para poder ocupar la otra mitad con las vivencias de aquellos que vienen sosteniendo una dura batalla contra el olvido” enfatizaba.

Las cooperativas, una salida autogestiva

Las cooperativas de trabajo, siguen siendo una maravillosa colectora para esquivarle al látigo infatigable de un capital asfixiante.  En ese horizonte transformador, asoma una revista tan auténtica como poderosa “Nuestra revista, que no es otra que “La Garganta Poderosa”, la misma rompe el molde de los medios tradicionales, se informa en primera persona. Nosotros no construimos sobre una plataforma electoral, no nos interesa esa parte, la respetamos pero no la compartimos. Sólo pedimos que nos dejen hablar por nosotros mismos, y es allí donde la revista juega un papel preponderante, los discursos electoralistas en la mayoría de los casos hablan de la villa, pero jamás se adentraron a la misma” finalizaban diciendo.

“En nuestra batalla de ideas, hay lápices, libros y sueños en lugar de balas, tanques y bombas. Destruyamos juntos la apatía y la desesperanza”

Andamos para encontrar:

– Entrenadores que sepan hacer jugar, aunque no sepan hacer ganar.

– Músicos con vocación, que usen el pentagrama de pizarrón.

– Maestros dispuestos a aprender, en espacios de educación popular.

– Estudiantes dispuestos a enseñar, en espacios de apoyo escolar.

– Pensadores con ganas de embarrarse.

– Embarrados con ganas de pensar.

– Gente que entienda de economía popular.

– Economistas que entiendan de gente popular.

– Cooperativistas de ley.

– Abogados cooperativos.

– Voces que no se callen.

– Ideas que no se conozcan.

– Sueños que no se duerman.

Porque una garganta poderosa, siempre gritará verdades, para quien quiera escuchar…

Los Pumitas: un lugar para contener a un barrio con grandes carencias