Este lunes se realizó la autopsia de Carlos Orellano, y la familia pretendía que la perito de parte pueda actuar sobre el cuerpo. Sin embargo, el jefe de la Unidad de Homicidios fiscal Spelta determinó que sea un juez quien autorice esa participación.

Nos ponen un palo en el camino. Pareciera que el jefe de fiscales fuera el abogado defensor de la parte denunciada. Nos exige una orden judicial de un juez para que actúe la perito de parte, que tiene el equipo más especializado de Latinoamérica”, dijo el padre de la víctima, Edgardo Orellano.

La querella convocó a la renombrada especialista, Virginia Creimer, conocida por haber sido parte de las causas que investigaron las muertes de Luciano Arruga, Gerardo «Pichón» Escobar, Franco Casco y María de los Ángeles Paris.

 

Horas más tarde, en el Centro de Justicia Penal se realizó una audiencia en la que el juez de Primera Instancia Nicolas Foppiani resolvió que la perito de la familia no podrá actuar sobre el cuerpo en la autopsia. Sí estará autorizada a estar presente junto a su equipo, hacer observaciones y registrar material fílmico y fotográfico de la intervención.

Los familiares de «Bocacha» dicen encontrar obstáculos. Por su parte, Creimer manifestó a la prensa que en otras oportunidades ha podido intervenir con bisturí sobre cuerpos en ese lugar.

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Desde Fiscalía comunicaron que el jefe de la Unidad de Homicidios, Adrián Spelta, se encontraba en el Instituto Médico Legal colaborando en cuestiones organizativas con el fiscal interviniente en la causa el Saldutti. Ante las discrepancias entre la querella y sus peritos designados con el cuerpo médico del IML, el fiscal Saldutti solicitó que la situación planteada se dirima en audiencia pública para que un juez resuelva los pasos a seguir.

 

Según lo dispuesto por la Justicia, el cuerpo del joven que había desaparecido en la madrugada del pasado lunes y apareció muerto en el río dos días después, debía ser trasladado al mediodía desde el Instituto Médico Legal al Hospital Eva Perón, donde se le realizaría una tomografía computada.

El traslado se realizó como estaba previsto, la ambulancia que llevaba el cuerpo de Carlos Orellano fue custodiado por dos patrulleros de la Policía Federal. Una vez terminada la tomografía, el cuerpo deberá volver al IML para continuar con el procedimiento.

 

Tras la reunión con el juez, la doctora Creimer sentenció: “El protocolo se va a aplicar como corresponde, no a medias. El juez no permitió que tocara el cuerpo. Pero no significa que deje pasar cuestiones inadmisibles. Si las observaciones no son tomadas en cuenta voy a solicitar que se detenga la autopsia. En la medida que no se cumpla con los protocolos y que no esté garantizada la justicia vamos a parar la autopsia”.

“El Instituto Médico Legal se negó a que mi equipo interviniera en la autopsia. Impedían que esta querella tuviera todos los médicos necesarios. Pero se le explicó al juez que mi equipo debía ingresar como establece el protocolo de Minesotta”, afirmó.

 

Por su parte, el padre del joven, Edgardo reclamó: “Nos querían bajar el equipo de médicos que venían a peritar. Tuvimos que pedir la orden un juez. No fue fácil convencerlo. Creimer es una de las mejores especialistas, por eso tienen miedo de lo que va a encontrar”.

“Los fiscales hacen lo que quieren. Por eso pasa lo que pasa en Rosario, porque tenemos esta justicia. Estos fiscales encubren a los asesinos. Esto no va más”, dijo indignado.

Manifestación en la puerta

Ante la situación en torno a la autopsia, familiares y amigos de Carlos Orellano se manifestaron en la puerta del Instituto Médico Legal de Rosario. Es así como un gran grupo de personas se congregó en el lugar bajó la premisa “Justicia por Bocacha”.

Juan, uno de los amigos de Carlos, mencionó: «Estamos muy consternados con esto que pasó, venimos de manera pacífica a pedir justicia. Salió a bailar y terminó muerto. Que se termine esa costumbre de matar». «Esa noche iba a salir con él y no salí», contó.

Sobre la no autorización de la perito para que intervenga sobre el cuerpo, otro amigo manifestó: «Es una verguenza. ¿Qué están escondiendo?».