Más de cuarenta organizaciones barriales e instituciones de distinto tipo se reunieron este miércoles en la plaza Montenegro en adhesión a la campaña mundial «Acompañe, no castigue». La misma busca visibilizar otras posibilidades de abordaje a los consumos problemáticos, alejadas de la perspectiva punitivista.

Al igual que en más de 150 países del mundo y en muchos lugares de la Argentina, en Rosario más de cuarenta organizaciones barriales e instituciones de distintos tipo y áreas gubernamentales se encontraron para construir otra mirada en relación al consumo problemático.

En dialogo con Conclusión, el coordinador del dispositivo de La Estación, Lautaro Dana indicó que «es muy importante empezar a construir otra mirada en relación a este problema. Por eso decimos ‘acompañar’ y no ‘castigar’. El encierro no cura, la problemática del consumo de sustancias es muy compleja y la perspectiva de reducción de daño tiene que ganar terreno».

Para esto, «hay que protagonizar las distintas propuestas desde el Estado en articulación con las organizaciones no gubernamentales. El sufrimiento de las personas que padecen este tipo de situaciones, requieren un acompañamiento muy importante de cada una de las organizaciones que están presentes acá, haciendo mucho esfuerzo para la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental».

 

Quienes participaron de la actividad en la plaza Montenegro coincidieron en que aquello que verdaderamente aqueja a quienes consumen es el contexto socioeconómico que atraviesa a dicho consumo.

«Acá el problema no es la droga, es el contexto; es la vulnerabilidad, son los modelos políticos, económicos e ideológicos que estigmatizan, discriminan y asumen que el control y la persecución es una salida. Estamos por otro camino, que es el de la inclusión, el protagonismo y la participación de la sociedad», concluyó Dana.

En el mismo sentido, Antonio Tesolini del Programa Andrés explicó en dialogo con Conclusión que «vivimos en una situación social en la que el consumo nos define como persona. Con esta campaña, lo que buscamos es visibilizar otros modos de asistencia. El eje de la campaña de este año tiene que ver con la necesidad de modificar la Ley de Estupefacientes, la 23.737, porque entendemos que lo único que hace es impedir el abordaje de la perspectiva de salud de los usuarios de distintos tipos de sustancia, ya que al estar penalizado el consumo, no es el sistema de salud quién los aborda».

Además, agregó que «si la mirada sigue siendo que quien consume está cometiendo un delito y tiene que ir preso», no existirá solución. «Es otra la que tenemos que dar, como lo plantea la Ley de Salud Mental. Los problemas de los consumos problemáticos son un tema de salud; de salud mental y debe ser abordado básicamente por el sistema de salud y por los distintos actores estatales y no estatales articuladamente», finalizó.