El crecimiento de la comunidad de palomas en Rosario ha sido un dilema para muchos habitantes de la ciudad que, al salir a la vereda o al llegar a una plaza, notan la presencia de estas aves debido a la suciedad que genera su excremento.

Mientras tanto, al ciudadanía mantiene opiniones encontradas acerca de estas aves: mientras algunos sostienen que son animales amigables, cuya figura tiene connotaciones pacificas, religiosas y hasta románticas; otros aseguran que las palomas son una plaga. 

Para conocer más sobre la incidencia de las palomas, Conclusión entrevistó a Carlos Tasinato, que se desempeña como director en Control de Vectores de la Municipalidad de Rosario, quien aclaró algunos puntos importantes para comprender la relación que estas aves tienen con el contexto urbano.

Carlos Tasinato, director en Control de Vectores de la Municipalidad de Rosario

El especialista explicó que hay palomas «porque en la ciudad encuentran todas las condiciones para desarrollarse en una cantidad importante, como alimentos, refugio y agua. Además, hasta ahora no tienen enemigos naturales, entonces eso posibilita que la población haya crecido».

Además, Tasinato agregó: «Hay que tener en cuenta que hemos tenido una población de palomas que fue introducida e incluso se contaba con un palomar, que era un paseo recreativo para alimentarlas».

El referente de Control de Vectores mencionó que esta ave «goza de buena prensa, está asociada a lo simbólico, a la paz, tiene connotaciones religiosas, y se la asocia con la fidelidad de las parejas, entonces todas estas cuestiones vinculadas a lo simbólico hacen que se tenga otra mirada hacia a las palomas, y permite que todavía se les de comer y se las cuide».

Al consultarle a Tasinato si es posible que estas aves lleguen a ser una plaga o un problema para la ciudad, él respondió: «No hay un consenso de qué hacer con las palomas. Mucha gente cree que son animales vistosos, simpáticos y amigables; y otra parte que sufre las consecuencias, el tema es que todavía no está considerada plaga y hay leyes que las protegen, como la Ley de Maltrato Animal«.

El experto en el tema añadió: «Que no se considere plaga no quiere decir que no se puedan aplicar métodos disuasivos a las palomas, para echarlas de donde están. Hay redes, pinchos plásticos y sustancias que son repelentes, las cuales dan buenos resultados».

Sobre estos métodos disuasivos, Tasinato expresó: «Se pueden tomar algunas medidas, como limitar el consumo que puedan tener, y para esto no hay que darles de comer. Otro aspecto es el ordenamiento del medioambiente, como recoger los residuos y restos de comida para no dejárselo servidos a las palomas y a roedores. También hay que evitar que aniden, si tengo palomas en mi balcón tengo que sacarlas».