Por Santiago Fraga

El 18 de marzo de 2012 falleció a los 41 años Claudia Pía Baudracco, una de las activistas más influyentes del movimiento trans y clave en la lucha por la aprobación de la Ley de Identidad de Género, además de fundadora de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (Attta). Su muerte causó una profunda tristeza en la comunidad LGBT, e impulsó a que esa fecha se conmemore todos los años como el “Día de Promoción por los Derechos de las Personas Trans”.

Cuatro años más tarde, la lucha sigue más vigente que nunca, y la búsqueda de igualdad de los derechos de las personas sin discriminación de género está presente en las calles y en el Concejo. Conclusión dialogó con Julián Fernández, quien forma parte del Frente de Diversidad del Movimiento Evita, impulsor del proyecto de Cupo Laboral Trans, con el que un mínimo de personas trans deberán poder acceder en condiciones al mercado laboral formal.

Entendiendo el trabajo como una de las necesidades más acuciantes dentro del colectivo, el proyecto apunta a que el Estado contrate un mínimo de 10 personas transexuales por año, sean mujeres o varones. “No es un reclamo sectario, porque si bien beneficia a una porción especifica de la población también se sabe que hay discriminación y estigmatización ante esa porción, por ende no hay igualdad de condiciones al momento de ser contratados o contratadas”, detalló Julián respecto al proyecto.

Esta solución no es la primera que se intenta adoptar en favor de esta problemática. Hace pocos años, luego de un gran debate, se aprobó y reglamentó un Protocolo de Inclusión Laboral Trans, cuyo objetivo fue que el Estado solventara las cuestiones tributarias que tiene que aportar la patronal cuando contrata a un empleado, como incentivo para que los privados contraten a personas transexuales. Sin embargo, esto no resultó efecto, ya que sólo 4 o 5 personas pudieron acceder de esa forma, debido a que el proyecto no contemplaba que los privados, de igual forma, prefiriesen no querer contratar de dicha sexualidad.

“Podíamos darles facilidades a los privados, pero no obligarlos a contratar. Entonces lo que nosotros veíamos era que por ahí, más allá del empleo en sí, lo que se necesitaba era un cambio cultural; es decir, que se genere cierta habitualidad o se naturalice ver a una persona trans en un sistema formal de trabajo; que nos acostumbremos a ver chicos y chicas trans cuando pagamos los impuestos o cuando nos atendemos en un hospital”, reflexionó Fernández en relación con el proyecto aprobado anteriormente y la nueva propuesta de cupo laboral.

Este martes el proyecto será tratado por el Concejo Deliberante en la Comisión de Gobierno, para posteriormente pasar a la de Derechos Humanos y luego ser tratada en el recinto. Mientras tanto, desde el Frente de Diversidad del Movimiento realizan volanteadas y junta de firmas en distintos puntos de la ciudad, con el objetivo de “mostrar que hay un amplio apoyo de la sociedad para la aprobación”.

En estos encuentros, según contó, la mayoría de las personas que se acercan adhieren a la causa y dejan que se les explique el proyecto ya que entienden el trabajo como un derecho, pese a que también “siempre está el que desentona”.

Discriminación Laboral

El principal problema para las personas transexuales a la hora de conseguir trabajo es la discriminación, implícita o discreta, que reciben de parte de la empresa a la que van a solicitar el puesto.

“Es muy difícil”, reconoce Fernández, denunciar los casos en donde no le otorgan a una persona un puesto de trabajo por culpa de su sexualidad, ya que nunca se especifica el porqué no se toma a una persona tras una entrevista laboral. No obstante, consideran que no es coincidencia y es discriminación al ser un hecho que se repite en todas las ocasiones, y que llegan al punto en que “dejan de presentarse porque ya están cansados de ese vapuleo, ese maltrato, esa violencia que genera esa situación y que después cuando no te llaman te hace comenzar a plantearte si es uno o cuál es el problema”. “Nosotros lo vemos, pero no podes salir a tirar un juicio o una denuncia contra eso porque no se explicita el ‘no te contrato porque soy homofóbico o transfóbico’, pero sí hemos tenido casos de despidos por eso que ahí si se marca claramente”, denunció.

Un caso que se ha dado en la ciudad es el de un muchacho trans que se encontraba trabajando establemente y estaba en proceso de ser blanqueado por la empresa. A la hora de ingresar sus datos en el Anses, los responsables de la empresa descubren que al ingresar su DNI aún figuraba su nombre viejo (con otro género), puesto que no estaba actualizado todavía en la plataforma. Es en ese momento donde se enteran de que estaban contratando un varón transexual.

A partir de ese hecho, una serie de hostigamientos por parte de la empresa comenzaron a sucederse en contra del chico, derivando en su despido un mes y medio después. “Es lo mismo que en el caso de la entrevista: en el telegrama no dice ‘te echamos porque somos transfóbicos’, pero si desde el momento en que lo descubren en adelante se nota una diferencia en el trato que tenían con la persona, que la venían tratando bien, confiándole cosas y empezando a darle más responsabilidades, y de golpe no solamente tiran todo para atrás sino que empiezan con maltratos y situaciones discriminatorias, se marca en los actos, por más que no sea explicito en lo discursivo”, relató a Conclusión sobre el hecho el militante del Movimiento Evita y defensor de la igualdad de género.

Además, agregó que casos como estos se dan porque al ser “una población vulnerada en lo que es derechos laborales, los empresarios se aprovechan; saben que hay una diferencia, que se puede jugar un poco con eso”.

Voces opuestas

Si bien desde el movimiento se han reunido positivamente con concejales, ONGs, activistas independientes e integrantes de otros partidos políticos y sienten que hay una gran representatividad de lo que es el espectro militante en Rosario, no todos los sectores están de acuerdo con este proyecto y sus objetivos.

Desde el PRO surgieron los primeros resquemores, estando “totalmente en contra” del proyecto, al no creer que así se están contratando trabajadores, sino que se está generando así un caldo de cultivo de “ñoquis” o “empleados que no harían nada”.

Al respecto, Julián contó: “La intención de ellos es que el cupo laboral trans es una discriminación que genera desigualdad. Ellos se manejan fuera de la realidad, presuponen que todas las personas que van a presentarse a un puesto de trabajo están en las mismas condiciones, y eso es prácticamente ignorancia porque es no ver que ahí hay un colectivo históricamente excluido”.

Por otra parte, desde lo que es el Socialismo todavía están indecisos con respecto a la postura al proyecto de cupo laboral. El proyecto originalmente iba a tratarse la pasada semana, pero desde el mencionado partido pidieron una semana más para recabar información sobre la posibilidad de alguna otra alternativa que solucione el problema y analizar el escenario.

En cuanto a lo que son las voces de las empresas, si bien no hay voces tajantemente contrarias, notan que no hay una voluntad de parte de las mismas, con excepción de los casos en donde sí se contrataron personas trans.

Un caso, por ejemplo, es el de una chica que gracias al protocolo ingresó a trabajar en un Call Center. No obstante, si bien encontraron voluntad allí, muchas otras empresas no han mostrado el interés de contratar personas trans, pese a los beneficios tributarios que esto les traería.

Es por esto que desde el Movimiento también sostienen que no sólo se trata de que la empresa tome a trabajadores trans, sino que también tiene que haber una capacitación de por medio, una sensibilización, para que luego, una vez que la persona consiga el trabajo no se quede sólo en eso, sino que el ambiente en el que se desenvuelva no reproduzca una situación de discriminación.

La desigualdad, empezando desde casa

Un caso que sufren muchas de las personas transexuales es cuando la discriminación empieza dentro del mismo seno familiar, en su propio hogar.

“Con las chicas, que por lo general el proceso lo hacen de más joven, al notar que su identidad autopercibida es distinta al género o sexo con el que nacen, en las familias era muy común que las excluyan o las dejen en la calle, y después esa persona tampoco tenía asilo en el estado. Así era excluida del sistema educativo, del sistema de salud, y después del sistema formal de trabajo”, relató Julián, quien trazó también una diferencia y aseguró que no es la misma condición que le tocó vivir por ejemplo a él, que su familia lo bancó hasta que empezó a trabajar y en el camino fue a la escuela y tuvo servicio de salud.

Así como el cupo femenino a nivel legislativo garantiza la participación de mujeres  en lugares de decisión o de toma de poder, el cupo laboral trans desde la vista de los creadores del proyecto es una herramienta que genera equidad y en la que se viene trabajando desde hace mucho tiempo, si bien fue presentado originalmente en mediados de 2014.

Mientras tanto, la gente del Frente de Diversidad se encuentra recolectando firmas y sumando el apoyo de transeúntes, con la esperanza de estar cerca de una aprobación que significaría un paso más dentro de la lucha por una sociedad más igual y más justa para todos los que la componen.