El paro ya es historia. Y en Rosario el acatamiento fue dispar. Pasaron las 24 horas de medida de fuerza lanzada por varios gremios y es tiempo de balance para analizar lo que pasó tanto en el país y sobre todo en la ciudad.

El servicio de transporte urbano e interurbano se mantuvo suspendido y el servicio de taxis fue prestado por una sola de las cámaras que agrupan a los titulares y los peones, quienes sí trabajaron. Circularon con un servicio limitado hasta que se terminara el combustible. Según estimaciones del sector se trabajó a un 30 %.

Mientras, en los accesos a Rosario hubo manifestaciones y cortes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y de partidos de izquierda.

Si bien los piquetes representaron un obstáculo para llegar al lugar de destino, esto no impidió que muchos trabajadores, como por ejemplo los mercantiles, asistieran a sus lugares de trabajo movilizados en autos y otros medios de locomoción, según lo hicieron saber desde Empleados de Comercio.

Otro de los escenarios que se multiplicó fue el de la falta de recolección de residuos, a raíz de que los empleados de ese sector decidieron adherir a la medida de fuerza. que, según advirtieron los sindicalistas, se podría repetir, pero con una duración de 36 horas.

Ante la falta de transporte urbano de pasajeros por el alto acatamiento de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la plaza Sarmiento y la terminal de ómnibus Mariano Moreno perdieron su fisonomía habitual a la que acostumbra, con miles de usuarios.

Por su parte, el titular de la CATT y secretario general del sindicato de Dragado y Balizamiento, Edgardo  Arrieta, sintetizó que el paro fue contundente, y afirmó que «se convirtió en un paro general ya que muchos gremios que no eran parte de la organización de esta medida de fuerza se plegaron a ella. Como también delegados que de otros gremios cuyos sindicatos no adhirieron dieron su apoyo».

«Estamos conformes y esperamos más contundencia en futuras medidas de fuerza», deslizó Arrieta, y dejo entrever «que es el puntapié inicial para transitar el camino de la unidad del movimiento obrero», apuntó.

«No se registró actividad en los bancos y en las oficinas públicas», destacó Arrieta en diálogo con Conclusión.

Los docentes de los establecimientos públicos rosarinos nucleados en Amsafé decidieron en la tarde de ayer ir al paro, al igual que los que se desempeñan en las escuelas técnicas (nucleados en Amet); en cambio, Amsafé provincial y Sadop no acompañaron la medida. En ese sentido, tanto maestros como alumnos que vivan a más de 20 cuadras del establecimiento educativo fueron desobligados y no se les computó la falta, según aclaró ayer la ministra de Educación, Claudia Balagué.

Las principales ciudades del interior del país mostraron hoy una escasa actividad como consecuencia del paro nacional lanzado por las centrales sindicales opositoras contra la aplicación del impuesto a las Ganancias a los salarios. Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tucumán y Salta fueron algunas de las provincias que exhibieron una parálisis, mientras que la medida de fuerza también impactó en ciudades clave como La Plata, Santa Fe y Mar del Plata.

En Córdoba no hubo atención en las oficinas de la Municipalidad y como en Mendoza se esperaba que los empleados no fueran a trabajar, el Gobierno advirtió que iba a descontar el día a quienes adoptaran esa postura.

Los comercios cordobeses abrieron parcialmente y en el resto de las provincias los locales funcionaron con normalidad. En Santa Fe, Mendoza, Tucumán y Salta, por su parte, los comerciantes no se sumaron a la huelga.

Tampoco suspendieron las actividades las escuelas, aunque debido a la falta de transporte, el ausentismo llegó al 90 por ciento en los establecimientos educativos.

En tanto, la Universidad Nacional de Tucumán se sumó al paro, al igual que algunos docentes universitarios en Mendoza.

Los empleados judiciales apoyaron el paro y no fueron a trabajar, mientras que en los hospitales sólo hubo guardias mínimas para atender emergencias.