MIéRCOLES, 02 DE OCT

Rosario sin secretos: un consejo del Concejo, que la Nación no escuchó

En 1919, la ciudad pedía, a través de su Concejo, que se equiparara la Estación Rosario Norte a la magnífica obra que se estaba construyendo en Retiro, Buenos Aires. La versión taquigráfica de la caja de resonancia política más importante de la ciudad, su Concejo, así lo confirma.

 

“Un verdadero adefesio y un agravio a la dignidad de la población rosarina” es como consideraban, 105 años atrás, la construcción de la estación de Ferrocarril Rosario Norte.

En realidad, las declaraciones, eran una especie de “tiro por elevación” con el propósito de lograr que desde la ciudad más cosmopolita del país, giraran su vista hacia el interior y se les diera la importancia que en verdad teníamos. Si tenemos en cuenta que desde estas plataformas y andenes hubo un tiempo que salían y llegaban cien trenes por día, sin duda que nos lo merecíamos.

Pero no ocurrió así y, el sueño de tener Retiro en Rosario, quedó sólo como una manifestación de deseo de la época. Con la estación Rosario Central tuvimos algo más de fortuna y los ingleses nos dejaron una torre parecida a la que se yergue en Buenos Aires, construida en 1916, con sus importantes 60 metros de altura y utilizada en la actualidad como un mirador.

Con la diferencia que, como en el truco, a los porteños “les ganamos por primera”, ya que la nuestra fue construida por Ferrocarril Central Argentino en 1897, con el agregado de un reloj de cuatro cuadrantes fabricado en Inglaterra por la firma Dent, en Londres, el mismo constructor del ¡Big Ben!

Sin dudas que, más allá de la necesidad de una nueva estación para la ciudad, en realidad los rosarinos no disimulaban su aspiración de parecerse lo más posible a la gran urbe. Algunas cosas se consiguieron e incluso fueron superadas. Nada tiene que envidiar nuestro hermoso Parque de la Independencia a los lagos de Palermo.

También hemos sido beneficiados con las bellísimas estatuas de Dolores Mora de Hernández, Lola Mora, en cualquier lugar del mundo, obras similares llenan catálogos de interés turístico, con el consiguiente ingreso de divisas, y que hoy están lamentablemente bastante descuidadas en una fuente seca y vandalizada en el lugar más emblemático de los rosarinos, el Monumento a la Bandera, aquel sitio que recibe todas nuestras penas y alegrías.

Y ya que estamos en la zona del Monumento, ¿sabías que a pesar de haber sido inaugurado el 20 de junio de 1957, sin la presencia de sus autores, por razones políticas, recién fue declarado Histórico y Nacional en 1989 a raíz de una nota periodística en el Decano que intitulaba: “¿Qué hacen nuestros legisladores nacionales, mientras el Altar de la Patria se derrumba?

La nota en cuestión llegó a presidencia de la Nación, Ministerio de Economía y de Obras Públicas, y recién allí, 32 años después, llegaron los primeros fondos para su reparación, vinieron arquitectos e ingenieros de la Capital Federal, se hizo cargo Gendarmería Nacional de su custodia y recibió tal declaración. ¿Increíble, verdad? Pero, en conclusión, ¡la más pura verdad!

 

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