Finalmente se aprobó por unanimidad la Emergencia Social en Rosario por el término de dos años, luego de una sesión incidentada y accidentada (hasta se cortó la luz) en el Concejo municipal.

Así, los 27 concejales presentes (se ausentó con aviso la socialista Verónica Irizar), votaron a favor de la declaración inicialmente impulsada por Eduardo Toniolli (como emergencia alimentaria) y luego apoyada por el oficialismo local, Ciudad Futura, el Frente Social y Popular y, tras un cambio en su postura original, el bloque Cambiemos.

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De esta manera se encomienda al Ejecutivo local a generar espacios y dispositivos de articulación con los gobiernos nacional y provincial, para aunar criterios de intervención en materia social, alimentaria, económica y salubre en el territorio de la ciudad.

Puntualmente, se exigirá que el municipio gestione el refuerzo de la asistencia económica desde Nación de manera directa a comedores y merenderos locales, incluyendo leche y alimentos principalmente. También se insta al gobierno de Santa Fe a aumentar el monto de la Tarjeta Única de Ciudadanía, hoy fijada en 273 pesos, que reciben más de 50.000 familias en la ciudad.

Además, se pide a la administración que conduce Mónica Fein que realice controles periódicos de la situación nutricional de la población, en particular de niños, niñas y adolescentes, así como la remisión semestral ante el cuerpo legislativo sobre el estado de las gestiones ante los otros estamentos del estado.

Desbordados

Se esperaba una sesión caliente pero la de este jueves se vio desbordada por el escándalo. En medio del debate que se llevaba a cabo en el recinto, cuando exponía un encendido discurso el presidente del bloque Cambiemos, Roy López Molina, se desataron altercados en el sector donde se encontraban militantes barriales y gente cercana al Pro.

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Luego de gritos cruzados y advertencias del presidente del cuerpo, Alejandro Roselló, de suspender la sesión, hubo empujones e intercambios de palabras que cesaron antes de pasar a mayores. En medio de ese escenario, una mujer se descompensó en medio de una crisis nerviosa y debió ser atendida por personal médico.

En ese marco, y con los incidentes desatándose, ante la atónita mirada de los concejales desde sus bancas, el presidente del cuerpo llamó a un cuarto intermedio con los distintos presidentes de bloque para resolver si seguía o no la sesión.

Con las aguas más calmas, y la barra vaciada de asesores y gente afín al Pro y con menos militantes de organizaciones sociales, se retomó la actividad.

En primer término había expuesto el concejal Eduardo Toniolli, quien detallo números respectivos al aumento del costo de vida, inflación, desempleo y otras variables que sustentaban su proyecto de emergencia alimentaria, ampliado a social y económica en comisiones con la venia del bloque socialista y el apoyo de Ciudad Futura y el Frente Social y Popular.

Luego de exposiciones en la misma sintonía del socialista Horacio Ghirardi, Norma López, Juan Monteverde y Roberto Sukerman, la mayoría de las cuales despertaron aplausos desde la barra, llegó el turno de Roy López Molina, quien debía argumentar la supuesta oposición al proyecto que habían anticipado concejales de ese bloque en días anteriores en declaraciones a Conclusión.

El edil de raigambre Pro hizo una enfática defensa del Gobierno nacional, pero con un giro notable: afirmó que Cambiemos votaría a favor de la iniciativa, aún con reparos.

López Molina adujo que desde su espacio se “hacen cargo” de la realidad económica, pero que “de ninguna manera los problemas de pobreza en Argentina comenzaron en diciembre de 2015”.

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Pidió además responsabilidad para afrontar todos los problemas de la ciudad, en alusión también a la seguridad, ya que consideró que en Rosario la emergencia es “general”.

El ex diputado provincial, en el lapso previo a los incidentes, aseguró que el gobierno nacional superaría esta crisis, así como también se había impuesto a otros escenarios adversos.

“Acá no hay helicóptero ni 2001, hay gestión y un gobierno que da respuestas. Dijeron que no íbamos a poder presentarnos a elecciones, luego que no íbamos a llegar al ballotage, y ahora que no vamos a salir de la crisis. Pero si vamos a poder», enfatizó.

Acto seguido se desató la bronca en la barra. Al retomarse la sesión, ediles del oficialismo local tomaron la palabra para fustigar al Pro y a López Molina.

Tanto María Eugenia Schmuk, como Enrique Estévez, y Pablo Javkin pidieron “ser conscientes de la situación” que se está viviendo en el país. Y en el caso de Estévez, resaltó que el discurso de López Molina había sido provocador, así como colocar a asesores de su espacio en las mismas gradas donde habría militantes sociales, lo que generó la bronca de concejales de distintos bloques, como Fernanda Gigliani, o Caren Tepp, quienes se acercaron a recriminárselo al presidente del cuerpo, Alejandro Roselló.