El 16 de julio de 1973, hace cincuenta años, las calles de Rosario se tiñeron de blanco. Una intensa nevada cambió la imagen de la ciudad y se quedó para siempre en el recuerdo de quienes vivieron ese extraño fenómeno meteorológico.

Las crónicas del día después contaron que el fenómeno abarcó a toda la ciudad y que se extendió a las zonas aledañas, registrando especial intensidad en Firmat y Cañada de Gómez.

Los rosarinos jugaron con los copos, armaron muñecos, se tiraron bolas de nieve y, además, sacaron todas las fotos que pudieron.

Meteorológicamente hablando, ese día por fin coincidieron los niveles de humedad con la franja de temperaturas ideales para que ocurriera el fenómeno.

¿Puede volver a ocurrir?

El  integrante del Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático SAT Santa Fe, Jorge Giometti, detalló qué debería pasar para que un hecho similar vuelva a tener lugar en estas latitudes.

En diálogo con Conclusión, subrayó que “en ese momento estaban las condiciones para que se formasen copos de nieve y llegasen a tierra como tales, y no como precipitaciones”.

Además, dijo que aquel día del invierno de 1973 “se conjugaron varios factores como las nubes con aire muy frio en un estrato muy alto, con una humedad justa en toda la columna de aire y en el suelo la temperatura entre 0 y 2 grados, que hizo que todo eso se desarrolle y llegue a tierra como un copo de nieve”.

En esa línea, el especialista apuntó: “Puede suceder que vuelva a nevar en Rosario, pero no es para nada habitual”.

En tanto, a pesar de las bajas temperaturas que abundan estas semanas, con mínimas que se ubican entre los 2 y 3 grados y máximas que apenas superan los 10º, no existen previsiones de que un extraño fenómeno se vuelva a reiterar en lo inmediato, lo que lo convertiría en la nevada del siglo 21 de llegar a pasar.