Por espacio de poco más de 45 minutos, los choferes de la empresa Rosario Bus decidieron paralizar el servicio urbano y, paralelamente, llevar las unidades a los respectivos galpones.

La medida de fuerza, que fue levantada alrededor de las 13.45, fue adoptada por “errónea liquidación de nuestros haberes”, según manifestaron a Conclusión algunos de los choferes.

Zanjada las diferencias entre esos trabajadores del volante y la parte empresarial, los choferes volvieron a poner en servicio las unidades que habían sido guardadas.

De a poco, el servicio se fue normalizando en las unidades conocidas como los “colectivos amarillos”.