Una gigantesca obra que cambiaría radicalmente la dinámica y estética (y probablemente el ambiente) de una icónica cuadra del centro rosarino está cerca de ser autorizada en el Concejo municipal: pasó la comisión de Gobierno y último escollo que detiene el inicio de la construcción está en la de Ecología.

El proyecto incluye el levantamiento de tres altísimas torres (incluirían oficinas y viviendas) en la manzana de Corrientes, Rioja, Córdoba y Paraguay.

El plan fue presentado hace tiempo por la constructora de Aldo Lattuca (mismo desarrollador de las Torres Dolphin en Puerto Norte), luego de alrededor de un año de conversaciones con el Ejecutivo municipal, e incluye: una torre de 25 pisos por Corrientes, otra de 23 pisos por Paraguay, y otra de 12 pisos por Rioja.

Allí hoy funciona un amplio estacionamiento (“Parking Mall”), con salida por Corrientes y por Paraguay, que es en parte propiedad del mismo Lattucca.

Semanas atrás, funcionarios municipales encabezados por el secretario de Planeamiento, Pablo Ábalos habían defendido la realización del proyecto en el Concejo.

“La propuesta final garantiza el paso como un paseo urbano”, había dicho Ábalos, para referirse también a “edificaciones sobre calle Corrientes que igualan la línea de edificación de las construcciones linderas y un edificio más alto, retirado 10 metros”.

Lo cierto es que la envergadura de la propuesta, que prevé un tiempo largo de realización (se habla de más de 10 años), plantea dudas respecto a los avales necesarios y requiere de un consenso amplio en el Palacio Vasallo, lo que pareciera no estar tan lejos de conseguirse.

La obra precisa de una excepción al Código Urbano de la ciudad, que prohíbe nuevas construcciones en el área central («de reserva») por encima de los siete pisos de altura, salvo en determinados corredores como, como puede ser en este caso calle Corrientes.

El proyecto acaba de obtener despacho favorable en la definitoria comisión de Gobierno del Concejo municipal, y en principio habría acuerdo entre los bloques del oficialismo y Cambiemos para que el expediente salga.

La última traba viene de la mano de un factor clave que no ha sido del todo claro cuanto ha sido evaluada hasta aquí, y es el impacto ambiental/urbanístico que tendría una edificación de tamaña enormidad en un área considerada “central”.

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Un camino de salida sería el pedido de un estudio de impacto ambiental, para el cual rige una ordenanza que según denuncia el edil Osvaldo Miatello nunca fue implementada.

Miatello es quien tiene la llave de la comisión de Ecología, que preside y en la que, según como votaron esos espacios en la comisión de Gobierno (oposición de Ciudad Futura y el peronismo), habría un empate que el justicialista (representa el unibloque Compromiso por Rosario, que a su vez conforma el Interbloque “Nacional y Popular”) aún no ha definido como resolver.

Por el momento, insiste con la realización del estudio de impacto, pide tiempo para analizar el expediente, al tiempo que deslizó la posibilidad de revisar la iniciativa y modificarla para su aprobación.