Por Guido Brunet

Cuando decimos banco pensamos en una institución financiera. Pero hay otros tipos también. En este banco no hay plazos fijos, cuentas corrientes, créditos ni hipotecas. Aquí se reciben y se distribuyen alimentos para los que menos tienen. El Banco de Alimentos Rosario le da de comer a más de 15 mil personas en 500 comedores de la ciudad. Y en sus cuatro años ya lleva entregados aproximadamente un millón y medio de alimentos.

El Banco cuenta con dos depósitos, uno ubicado en Felipe Moré al 800 y otro en Carriego y Catamarca donado por NCA. En el BAR trabajan 18 personas ad-honorem y cuenta con 700 voluntarios anotados. Entonces cuando necesitan personas que ayuden, llaman y nunca falta quienes se acercan.

La Asociación Civil BAR es una organización sin fines de lucro que entrega alimentos que no pueden ser comercializados, pero sí son aptos para el consumo, ya sea porque las gamas de calidad del fabricante así lo estipulan o porque se encuentra algún error en el etiquetado, lo que provoca el retiro de los productos de las góndolas. El proceso es el siguiente: se solicitan donaciones a empresas del rubro alimenticio y los productos recibidos son clasificados y almacenados por los voluntarios. Luego, se llama a los comedores inscriptos en el registro municipal para que éstos los retiren. Por último, se realiza un seguimiento de las entregas para garantizar la transparencia en la entrega de alimentos a quienes lo necesitan.

El modelo existe a nivel mundial desde hace muchos años en Chile, Paraguay, Colombia, Guatemala, Nigeria y Estados Unidos, entre otros países. Pero fue después de la crisis de 2001 que surgió en Buenos Aires y luego se replicó en 16 ciudades argentinas, entre ellas, Mar del Plata, Córdoba, Salta y San Luis. Banco de alimentos de Rosario surge hace cuatro años en la ciudad. Nadia Nazer, secretaria de la organización, comenta: “Son las grandes donaciones de alimentos de las empresas las que nos ayudan y nos permiten alimentar a la gente,  aunque también hay personas que nos tocan la puerta y nos traen comida.”


foto Banco de alimentos 3Sin embargo, el alimento no se regala a los comedores, si no que se vende “simbólicamente”
. El kilo de comida sale entre dos y seis pesos y el de leche cuesta 28 el kilo. “Lo hacemos porque tenemos una estructura que tenemos que mantener. Y también porque consideramos que  la dádiva no es lo más valorado. Entonces en lugar de regalar queremos que por lo menos el esfuerzo valga. Nosotros garantizamos calidad a un precio que es simbólico, porque es nada”, explica Nazer.

Hoy el Banco de Alimentos trabaja con 500 comedores, a los cuales abastece en un 40 por ciento del alimento que otorgan a los vecinos. Esto representa aproximadamente 15 mil personas que comen mediante la colaboración de la organización. Un 60 por ciento de los beneficiarios son menores de 12 años, lo que permite que tengan una adecuada alimentación en los primero años de vida, que son fundamentales para el desarrollo tanto físico como intelectual. “Todos buscamos lo mismo, que no haya gente que muera de hambre, y sobre todo que tenga calidad de alimentos, cosa que es complicada”, expresa Nadia Nazer. Para eso, el BAR incorporó hace un año el mercado de frutas y verduras.

 

foto Banco de alimentos 2El Banco de Alimentos se sostiene principalmente gracias a la cena anual que se realiza todos los meses de marzo para recaudar fondos. “Es el pulmón económico de la organización”, dice Nazer sobre el encuentro anual.  Además, una vez al mes junto a Rosario Cocina Ideas, se organizan jornadas para que un cocinero le enseñe a los trabajadores de los comedores a aprovechar mejor los alimentos. También durante determinados eventos, como maratones por ejemplo, el Banco de Alimentos recibe donaciones.

Pero los responsables de la organización no se quedan con lo conseguido: “Estamos planificando el banco a 2020 más o menos, queremos llegar a darle de comer a 50 mil personas. Buscamos crecer año a año para poder seguir ayudando a la gente que lo necesite”, proyecta Nazer.