En la guerra de Malvinas participaron por el lado argentino más de 23 mil combatientes, según datos oficiales. De este total, 10.300 pertenecían al Ejército, 10.600 a la Armada, 2.300 a la Fuerza Aérea, y unos 200 entre Gendarmería y Prefectura. Las 650 personas que fallecieron durante la guerra se repartieron en una proporción similar. A su vez, existe un número similar de veteranos de guerra fallecidos luego del conflicto.

“El reclamo está instalado en la medida en que Malvinas no está todavía incorporada al territorio argentino, es decir que no goza de la soberanía”, grafica Alejandro Videla, quien combatió por el regimiento Nº 12 de Infantería “Arenales” y añade: “Lo que no se sabe es lo que pasa allí en el Atlántico Sur. Ese es el litigio que tenemos con Gran Bretaña aún hoy”.

En diálogo con Conclusión, Videla remarcó que “una cosa es la guerra, pero Malvinas es mucho antes de la guerra. Malvinas es hasta hoy un gran tema que tenemos en nuestro país”. Con una vigilia en muchas ciudades del país se esperó la llegada de este 2 de Abril, recordando los 41 años transcurridos. “Es un hecho social, películas, documentales y también muchas charlas con los veteranos” explicó el ex soldado, a la vez que afirmó que en muchos de los estatutos de las agrupaciones de ex combatientes tienen en sus artículos “el homenaje permanente y la memoria permanente por la memoria de los compañeros caídos en Malvinas”.

Casi 23 mil personas reciben una pensión vitalicia del Estado por su condición de veterano. La pensión consiste en el equivalente a tres jubilaciones mínimas, y se otorga a los soldados que “hayan estado destinados en el teatro de Operaciones Malvinas (TOM) o entrado efectivamente en combate en el área del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS) y a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones de servicio y/o apoyo en los lugares mencionados”.

“En mi militancia de tantos años de veterano de guerra he visto cómo, por ejemplo en mi ciudad que es Venado Tuerto, tener un acto con 30 o 40 personas allá por los años ‘84, ‘85, o ’86, a ser el acto más multitudinario que hay hoy en la ciudad” detalló Videla. “El pueblo se hace presente para charlar y estar con los veteranos de guerra. El calor que se recibe ese día se manifiesta mucho más. Es el contacto cercano alrededor de un monumento o un plenario”, amplió diciendo.

En cuanto a las políticas actuales que están teniendo lugar en el archipiélago, Videla fue contundente al afirmar que “es grande el saqueo que está sucediendo en Malvinas por parte de Gran Bretaña”, y especificó que “el problema en 1882 se subscribía en Malvinas a la parte insular y unas millas más, pero ahora tentemos un litigio por más de un millón y medio de kilómetros cuadrados, porque pretenden también una parte del sector antártico”.

En ese marco fue que el ex combatiente indicó: “Si a alguien favoreció la guerra es a los isleños. Ellos hoy tienen una vida que se puede considerar del primer mundo y todo ese dinero proviene del saqueo a los recursos naturales de la Argentina” y criticó que hoy el Londres entrega licencias pesqueras a empresas españolas, chinas, taiwanesas, coreanas; y cuestinó la base militar instalada por la OTAN.

En Darwin está el cementerio militar reservado para excombatientes argentinos que cayeron en combate. Se encuentra en la Isla Soledad, a dos kilómetros de Puerto Darwin y a 88 kilómetros de Puerto Argentino.

Raúl Gómez, excombatiente en el escuadrón de la brigada aérea Nº1 del Palomar relató a Conclusión que su participación en el combate inició el 9 de abril “cuando llegamos a Malvinas, y nos quedamos hasta el 14 de junio” luego de eso tuvo lugar el cese a fuego entre argentinos y británicos “y nos quedamos detenidos tres días el escuadrón entero en el que yo estaba. Luego de eso salimos desde una lancha de desembarco de los ingleses hasta el buque Almirante Irizar y desde ahí hacia el continente”, relató.

Gómez también fue detallista al momento de graficar cuál es la situación actual de los ex combatientes. Hizo énfasis en la cantidad de suicidios que siguen aumentando con los años, y que se equiparan a los veteranos fallecidos durante el conflicto.

Hace dos años atrás compañeros míos se murieron esperando un medicamento porque se había cortado la obra social”, manifestó, para luego decir: “siempre tenemos que salir a explicar a los distintos gobiernos que venimos arrastrando distintas enfermedades, tal es así que cada tres días mueren 4 o 5 compañeros, o sea anualmente son 250 compañeros que se van despidiendo”.

En 2011 ante los reclamos de grupos de ex combatientes, el adjunto a cargo del Defensor del Pueblo de la Nación, Anselmo Sella, destacó que “la cantidad de soldados que fallecieron post conflicto a causa de suicidios, es de tal magnitud que puede compararse la guerra y la posguerra”.

Sella señaló que había un gran número de ex soldados sin reconocimiento médico, “siendo esto un potencial de riesgo por la falta de tratamiento dadas las secuelas que pudieran padecer”, y recomendó al Ministerio de Defensa que efectuara una Convocatoria Nacional Obligatoria para dicho reconocimiento.