Las necesidades de Villa Banana se acrecientan cada día más y la presencia estatal, con fuerte decisión política para cambiar la realidad de este barrio, es un reclamo vecinal cada vez más urgente.

Falta de agua potable y acceso a la misma, problemas de inseguridad, precario estado de urbanización y profunda contención social, son algunos de los ítems de una larga lista de necesidades que hacen a la cotidianeidad de una zona descuidada del paisaje rosarino.

Los habitantes de Villa Banana, en su mayoría trabajadores de la economía popular, consideran apremiante la presencia de un Estado que, a pesar de varias promesas de urbanización, no ha dado muestra interesada en resolver los problemas de la gente en el lugar.

Conclusión dialogó con un referente barrial en Villa Banana, Matías Gazquez, quien expuso cuáles son aquellas cuestiones que merecen ser atendidas en calidad de «urgencia».

Consultado sobre las propuestas de urbanización que se realizaron desde el municipio, dijo que «por el momento no se están cumpliendo» ya que «las obras se encuentran paradas» y «las condiciones del barrio siguen siendo las mismas».

«Prometieron, prometieron pero no cumplieron nada»apuntó, para ampliar en faltas: «El agua, el alumbrado público, la seguridad, no hay pavimento, hay muchos basurales».

Gazquez dijo que «no hay agua potable» y «no llega a las distintas casas».

«Queda en la toma del pasillo, en las puntas de las casas, pero no entra. Está en los ingresos sobre 27 de febrero. Entre los vecinos ponen plata para comprar los caños, van juntando el agua en balde, llaman una cuba. Todos los días es así para los vecinos», explicó el vecino.

El alumbrado público es «un gran faltante para la seguridad», dijo, porque «llega un cierto horario donde esto es tierra de nadie, después de las 6 de la tarde no se puede salir ni hacer un mandado«.

Los vecinos del lugar quieren mejorar el barrio y están dispuesto a trabajar conjuntamente para que eso suceda, pero necesitan los recursos estructurales y económicos para hacerlo.

«Se puede hablar con los vecinos y necesitamos los recursos. Acá la gente quiere trabajar. Que nos den los recursos que nosotros hacemos lo que falta», remarcó el vecino de Villa Banana.

La inseguridad, como en todos las barrios rosarinos, aqueja a los habitantes del barrio. Gazquez mencionó que viven muchas «situaciones de robos, arrebatos a cualquier hora. En la plaza te roban y te pegan. Este barrio está muy golpeado ya que hubo muchas violaciones de nenas«, y que la «presencia policial es nula. Hoy en día que estamos de esta forma. Estamos viviendo muy mal».

En relación a las visitas barriales en suelen hacer desde el arco político previo a los comicios electorales, el vecino concluyó: «Hasta ahora no vino nadie. No se acercó ningún político. La única propuesta que escuchamos es la de Pablo Javkin que prometió tanta plata pero acá no llegó nada».