Por Marina Vidal y Florencia Vizzi

Un paisaje desolador se vislumbra en estos momentos en la vecina localidad de San Jerónimo Sud. Es que tras el temporal de ayer, las calles se encuentran repletas de hojas y basura, muchos desagües comprometidos y alrededor de 600 viviendas afectadas.

Conclusión se hizo presente en el lugar y dialogó en exclusiva con el presidente comunal Marcelo Cisana quien expresó que «esto nos afectó a todos, pero hay que destacar que la solidaridad entre los vecinos es increíble».

«Si bien no hubo heridos ni calles anegadas, porque no hubo inundaciones, hubo 600 viviendas afectadas que sufrieron daños materiales, sobre todo en los techos y vidrios», contó el presidente de San Jerónimo Sud sobre el panorama que viven en el pueblo.

InunLuego se lamentó y expresó que «la gente está muy triste, porque no se recupera del incendio del pasado sábado en la aceitera Martínez y ya tiene que enfrentarse a esta situación». «El sábado tuvimos un golpe anímico terrible, estamos desde el sábado sin dormir pensando tanto en los vecinos afectados como en los 120 obreros que se quedaron sin su fábrica», agregó apenado.

Consultado sobre principales tareas a llevar a cabo explicó que «lo principal y más urgente es realizar trabajos de energía ya que hay muchos cables cortados. Desde anoche estamos patrullando la calle junto a la policía local y los Bomberos para ir solucionando los daños, ya que estábamos sin luz».

Seguidamente destacó que tanto provincia como nación llamaron para ofrecer ayuda y auguró que «esta explosión mediática sirva para dar un mensaje. Hay que tener paciencia, esperamos que antes de fin de año podamos decir que la fábrica volvió a funcionar y el pueblo volvió a ser el de antes, vamos a trabajar para eso, pero no va a ser en una semana, por eso pido paciencia».

«Lo que hicimos en principio, fue corroborar que la gente estaba bien y luego seguíamos patrullando porque casi todas las casas estaban dañadas, con algún vidrio roto», dijo a Conclusión Cisana. 15

En tanto confirmó que «las clases quedarán suspendidas, al menos hasta la semana siguiente». Mientras tanto, por su propia cuenta, docentes y personal de la escuela trabajan en el lugar barriendo y limpiando el establecimiento.

Para finalizar, Cisana manifestó: «De lo que me voy a ocupar con urgencia es que ningún niño o vecino duerma sobre un colchón mojado esta noche».

Por su lado, Osvaldo Saín, titular de dos talleres de reparación comentó que cuando se desató el temporal el se encontraba en uno de ellos, en tanto, su hermano estaba en el lugar que visitó Conclusión, quién en el momento que se desató el temporal «atinó a resguardarse en una pequeña oficina sin poder hacer mucho», el lugar presentaba signos de devastación tanto en el edificio como los autos que estaban en su interior.

El tallerista, visiblemente angustiado mostró los destrozos y dijo que a «un galpón aledaño donde funcionaba anteriormente una fábrica de lavarropas se le derrumbo el techo».