Por Alejandra Ojeda Garnero

Sin pistas. La autoría de los incendios a más de cien autos en la capital provincial tiene en vilo a la ciudad y sobre todo a las autoridades municipales y de la policía provincial.

En lo que va del año fueron incendiados 108 automóviles en distintos puntos de la ciudad de Santa Fe. La mayoría de los vehículos se encontraban en la vía pública y en estado de abandono. Excepto 26 rodados alojados en un depósito judicial y vinculados a distintos hechos investigados por la Justicia, que fueron incinerados en un solo ataque incendiario.

En diálogo con Conclusión Pablo Pizzi, director Ejecutivo de la Secretaría de Comunicación de la ciudad de Santa Fe indicó que “la mayoría de los autos que fueron incendiados, eran coches abandonados que se encontraban en la vía pública”, en consecuencia “desde el municipio se está trabajando para concientizar a la gente para que realice las denuncias sobre autos abandonados en la calle”, y así poder retirarlos y evitar estos hechos.

En tanto, en relación a quienes pueden ser los autores de los ataques el funcionario indicó que “no hay pistas sobre el o los autores de estos ataques incendiarios, y si bien no tenemos información oficial porque los ataques se dan en lugares donde no hay cámaras de monitoreo de la ciudad y por tal motivo no pueden ser identificados los autores, algunos casos que fueron esclarecidos indican que no se trataría de una banda que se dedica a quemar autos sino que se trata de autores que no tienen vinculación entre sí”, aclaró Pizzi.

Además, el funcionario expresó que “no deben enmarcarse todos los hechos en un mismo tipo de delito ya que, los 26 autos quemados en un depósito judicial debe contemplarse como otro tipo de vandalismo, ya que estos rodados estaban vinculados a causas judiciales y no tienen nada que ver con los otros ataques”, indicó.

Por su parte el subjefe de la Unidad Regional I, Adrián Rodríguez, manifestó en diálogo con Conclusión que “se está trabajando intensamente en el tema para dar con el o los autores de los ataques incendiarios”.

Pero al respecto fue prudente: “Para no entorpecer la investigación no quiero dar detalles sobre las acciones que se están realizando”, afirmó. Sin embargo, aclaró: “Algunos fueron esclarecidos y no tienen ninguna vinculación con alguna banda que se esté dedicando a quemar coches, en cambio, puntualmente en estos casos, los incendios fueron perpetrados por personas que conocían a su víctima y con la cual mantenían alguna diferencia de índole personal”.

Por otra parte, el subjefe de la U.R. I, aseguró que “se creó una brigada especial para investigar los ataques de los denominados “quemacohes”, que trabaja en forma conjunta con la Fiscalía de Santa Fe, para tratar de esclarecer estos hechos de vandalismo”.

Asimismo, Rodríguez indicó que “son muy pocos los casos que lograron resolverse gracias a la investigación realizada por el personal policial”, y enumeró “en uno de los hechos se trató de una mujer que luego de una pelea con su pareja tomó venganza prendiéndole fuego el auto. En otro de los casos un delincuente violentó una camioneta y logró sustraer algunas partes de la misma y al ser descubierto por el propietario del vehículo, antes de escapar, lo prendió fuego y otros casos que están a punto de resolverse tienen similares características”, aseguró en funcionario. Al parecer en la capital provincial las diferencias o conflictos interpersonales se dirimen incendiando autos.

En cuanto a la cantidad, modalidad y motivos de los ataques aún no se pudieron establecer, porque pese a que la ciudad de Santa Fe cuenta con un importante centro de monitoreo, los quemacoches parecen conocer los lugares donde no existe la presencia de los domos ya que todos los ataques fueron perpetrados en lugares donde las cámaras no  están instaladas.

Lejos de resolverse y sin pistas sobre los autores de estos actos de vandalismo que tiene en vilo a la ciudad y a distintas autoridades, los quemacoches no descansan y en lo que va del año ya son 82 los rodados incendiados, a los que se suman los 26 quemados en un depósito judicial.

En el caso de los 26 rodados incendiados se puede inferir que en este caso la motivación es otra que solo un acto aislado de venganza por alguna diferencia interpersonal, sino que deberán estudiarse otros elementos ya que los vehículos estaban vinculados a causas judiciales y se sospecha que allí se quiso ocultar algo más.

Lo llamativo del caso es la variación de objetivo en los ataques. Si bien la mayoría de los vehículos incinerados se encuentran en estado de abandono en la vía pública, algunos autos en perfectas condiciones también fueron alcanzados por las llamas de los quemacoches.

Tal es el caso del dueño de una camioneta que, desde el interior de su vivienda, alcanzó a ver una llamarada y pudo a salir a tiempo para evitar que el fuego consumiera el vehículo con el que trabaja todos los días para solventar los gastos de su familia.

En otro hecho, el cuerpo de Bomberos Zapadores de la Unidad Regional 1 de la policía logró sofocar dos autos incendiados antes del amanecer. Es que la dueña de la vivienda de Berutti al 2100 del barrio Los Cipreses tuvo un terrible despertar cuando sus vecinos la alertaron porque su Volkswagen Gol color blanco, estacionado en la puerta estaba envuelto en llamas. El auto no tenía seguro y la dueña tampoco contaba con medios para repararlo y como consecuencia no pudo recuperar su rodado.

Otro auto fue quemado en José Pedroni al 6500 del barrio Loyola Sur, en este caso, un Ford Escort color blanco, que estaba en la puerta de un taller mecánico ya reparado y a la espera de que su dueño lo retirara también sufrió el ataque de los quemacoches. Carlos, dueño del taller mecánico de Loyola Sur, contó que cerca de las cinco de la madrugada escuchó un ruido, salió de su casa y vio el auto en llamas.

«El Ford Escort modelo 95 que se quemó era de un cliente. Este auto estaba listo para ser entregado. El daño es total. Ya avisé al dueño y veremos cómo arreglamos esta situación. Este es un problema grande tanto para mí como para el dueño», dijo el mecánico.

No hay ningún detenido por estos casos. El único que estuvo preso fue Sandro D., quien al no contar con dinero suficiente para pagar la fianza de 40 mil pesos debió permanecer un par de meses detrás de las rejas. Luego quedó en libertad tras el pago la fianza con ocho motos en caución.

Según la Fiscalía a «Sandrito», como se lo conoce en el barrio Los Hornos donde reside, se le imputó la autoría de dos ataques incendiarios en esa barriada. Algo que, trascendió, se ajustaría a su personalidad díscola y transgresora. Los autos supuestamente quemados por Sandro, como todos hasta el 11 de mayo cuando fue detenido, estaban abandonados o en desuso. Con el detenido en la cárcel, los ataques no pararon. Al revés, se expandieron territorialmente a casi todo el ejido urbano y zonas aledañas a la capital. La explicación oficial ensayada fue que se trató de conductas por imitación.

El fiscal regional, Ricardo Fessia, dijo oportunamente en declaraciones a la prensa que “en la investigación existe la convicción de que en muchos autos quemados fueron acciones emprendidas por vecinos de esos barrios como un modo de limpiar la calle de los mismos”.

“Se trata de casos en los que, siempre, el vehículo estaba abandonado. En un caso, hay indicios de una reacción despechada de índole pasional y en algunos otros -los primeros- de un ajuste de cuentas entre punteros políticos. Pero esos fueron casos registrados en marzo” añadió el funcionario judicial

Lo cierto es que desde entonces no se hallan respuestas y creció no sólo el número de autos quemados y el daño (ahora son vehículos de cuya utilidad se valen sus dueños para trabajar o desplazarse) sino también la incómoda exposición de las autoridades ante el hecho impune.