Por Alejandro Maidana
El debate sobre el autocultivo y los beneficios concretos del cannabis medicinal, sigue su curso en búsqueda de una profundización que pueda definitivamente, ponerle freno a la avalancha de prejuicios que suele manifestarse en torno al mismo.
Si bien resultan inobjetables las bondades de esta planta, la misma sigue siendo menoscabada e interpelada desde distintas esferas. Enfermedades neurológicas, digestivas y nutricionales, de la piel, trastornos del orden mental y adicciones a químicos, como así también su enorme capacidad de reducir dolores crónicos, hacen del cannabis medicinal, un paliativo infalible.
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Es por ello, que empujados por la imperiosa necesidad de contar con una estadística que posibilite un diagnóstico certero, La Asociación Civil Miradas realizó una encuesta sobre el consumo de cannabis medicinal en el último año. “Los números confirman algo que percibíamos. Son muchas las personas que han recurrido al cannabis medicinal en el último tiempo. Las encuestas muestran que 2 de cada 3 usuarios, han empezado a consumir cannabis en el último año ”, indicó Fabián Peralta.
Sobre el porqué del incremento de la utilización de cannabis, disparó: “Esto es así por los evidentes resultados obtenidos y por una transmisión de experiencias positivas que llevan a la ciudadanía a experimentar con el cannabis medicinal. El hecho que el 75% de los usuarios exprese que su calidad de vida mejoró mucho desde que iniciaron el consumo es una explicación clara del porqué está aumentando el uso del cannabis medicinal”.
En referencia a que casi el 60% consuma cannabis medicinal sin indicación y/o seguimiento médico Jorgelina Borao, médica generalista y de familia, especialista en tratamiento del dolor e integrante del equipo de MIRADAS, dijo que «el médico debe ser parte de un proyecto terapéutico compartido entre él y el paciente, acompañando y supervisando el uso del cannabis. Si bien es una droga realmente muy noble, se debe estar atento a sus posibles efectos adversos y asesorar sobre interacciones con otros fármacos. Hasta la actualidad el uso de cannabis es complementario a los tratamientos específicos para cada patología, pero seguramente tenga mucho más para ofrecernos en los años que siguen”.
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“El tratamiento no debería quedar solamente en manos del paciente o de un familiar, que además de acompañar en el padecer de su ser querido, decide cultivar y cuidar la medicina del enfermo, muchas veces sin controles de calidad adecuados. El problema es que no sabemos qué es lo que realmente consume, si se contaminó con algún pesticida o si contiene algún componente no apto para el consumo. Los pacientes tienen derecho a saber lo que usan y los médicos necesitamos saber lo que contiene”, enfatizó.
En otro tramo de sus declaraciones, Borao reseñó: “Nos merecemos contar con una legislación clara y un producto estandarizado regulado por el Estado, al alcance de la persona que lo necesite, sin distinción del poder adquisitivo; ya que actualmente, y según muestra nuestra encuesta, el 50% accede comprándolo”.
Según Fabián Peralta, “el padecimiento de dolor es un hecho multidimensional con varias aristas: psicológicas, espirituales, físicas y culturales, entre otras. Por lo cual debe ser abordado de forma interdisciplinaria con un trabajo en conjunto y comprometido de los equipos de salud”.
“Si leemos la ley Provincial 13.602 en su artículo N°1 determina que se podrán tratar síndromes, trastornos, enfermedades poco frecuentes, patologías como epilepsias, cáncer, dolores crónicos, fibromialgia, glaucoma, esclerosis múltiple, tratamiento del dolor, estrés postraumático, y toda otra condición de salud, existente o futura. Esta amplia gama de patologías es la que queda reflejada en las respuestas dada a nuestra pregunta acerca de para qué es usado el cannabis medicinal. Las respuestas dejan expuesta lo insuficiente que resulta la actual Ley Nacional 27.350 que sólo contempla una de estas patologías, y la necesidad de volver a discutir el tema en el parlamento nacional. Necesitamos una ley nacional que atienda en toda su dimensión la temática, necesitamos una ley que no sea maquillaje. En definitiva precisamos menos titulares y más políticas que defiendan a los y los usuario/as”.
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Para concluir, Peralta expresó: “El autocultivo, una presencia central del Estado en el control, monitoreo, investigación y producción deben ser eje de una nueva Ley de Cannabis Medicinal. Este es un tema muy relevante como para dejarlo a la resolución de los laboratorios privados que obviamente defienden sus intereses. No hay dudas de que la única manera de un ejercicio pleno del derecho a la salud es teniendo al Estado como garante del mismo”.
