El desprecio por la vida del otro ha quedado nuevamente de manifiesto de una manera tan explícita como escabrosa en la ciudad santafesina de Sastre. El agronegocio después de insistir en reiteradas ocasiones, pudo encontrar eco en la figura de la jueza de turno Beatriz Forno de Piedrabuena, quien dictaminó “la suspensión de la medida cautelar dictada oficiándose a sus efectos a la Municipalidad de Sastre y Ortiz y a la policía de esa jurisdicción”.

Gracias a ello, la población de Sastre vuelve a estar separada de las fumigaciones a solo 100 metros, dejando atrás los también escasos 400 metros que estipulaba la cautelar. Cabe destacar que en la provincia de Santa Fe todavía rige la ley de 1995 que impide fumigar a menos de 500 metros y una resolución judicial en San Jorge que habla de un principio precautorio de 800 metros.

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El poder económico ha vuelto a jugar su carta ganadora, la que se mueve en los márgenes de lo espurio, la que hace añicos todo intento de resistencia digna por parte de aquellos que tienen muy en claro que la salud no se negocia.

Zoe Giraudo, la niña que necesita recuperar su calidad de vida en un territorio hostil

Tiene tan solo dos años, hace un año que lucha contra un tipo de cáncer denominado linfoma linfoblástico tipo T, algo que no sólo ha condicionado sus días, sino que también empujo a repensar su presente y futuro. El escenario no es el mejor,  las aspersiones siguen sacudiendo los días de una niña que necesita lo que el empresariado y el Estado no están dispuestos a darle.

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¿Cómo procesar tamaña desidia? ¿El Estado es garante de los negocios pero no de la salud de su población? Los habitantes de Sastre y Ortíz no piensan bajar los brazos, es por ello que Conclusión dialogó con algunas vecinas con la intención de conocer sus sensaciones.

“Estamos muy sorprendidos por el fallo de esta jueza, lo que hizo no tiene ni pie ni cabeza. Estas cosas suceden sólo cuando detrás se mueve el poder económico, más allá del impacto nosotros vamos a seguir peleando para que vuelva la cautelar”, indicó Sonia González, mamá de Zoe, una niña de dos años que se encuentra en pleno tratamiento oncológico.

La realidad vuelve a golpear con puño de acero, “en este momento hemos quedado nuevamente expuestos a las fumigaciones, nadie de la municipalidad se ha comunicado con nosotros, todos brillan por su ausencia”.

La actitud hiriente de los productores atraviesa el alma de aquellos que solo persiguen calidad de vida, “no han tenido empacho en sus declaraciones a medios radiales, ya que después de conocerse este fallo ridículo, algunos de ellos sostuvieron a viva voz <que ahora se vuelve a fumigar le guste a quién le guste, y le pese a quién le pese>. Es decir, al que le hace algo que se joda, no les importa nada en lo más mínimo la vida del otro, tampoco la salud de una niña de dos años”, enfatizó Sonia.

“Tenemos la tranquilidad que en materia legal se está haciendo todo lo posible para que vuelva a imponerse la cautelar. Ahora la decisión es de Cámara, Sastre no va a ser la excepción, ya que todos los pueblos de alrededores han logrado imponerse”, concluyó.

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Ainalen Viñuela y Ruth Oitana vienen teniendo un protagonismo más que necesario a la hora de alzar la voz y organizarse para poder frenar las fumigaciones con agrotóxicos. Ambas integran el colectivo de vecinos autoconvocados que en más de una oportunidad supo dar debates medulares con funcionarios públicos locales.

“Sinceramente viniendo de los productores no me extraña nada, su accionar no nos sorprende ya que además del lobby al que están acostumbrados, también no han escatimado en intimidaciones”, sostuvo Viñuela.

Sobre el accionar de la Municipalidad disparó, “me extraña y duele muchísimo, ya que festejan la decisión de la jueza de turno en la figura su abogado Domingo Rondina. Responden a los intereses de 20 firmantes y no a la de un pueblo, si bien era de esperarse ya que la intendenta de Sastre es productora de un campo lindante al pueblo. Queda claro que el interés de la misma está relacionado a los bolsillos de 100 productores y no a la salud de los 6.000 habitantes”.

“Si bien nos ha caído como un balde de agua fría, cuesta creer que una jueza haya tomado esta decisión priorizando la economía de los terceros  involucrados como son los productores, sin considerar las leyes que hablan del resguardo del medio ambiente, de la salud y del principio precautorio. Tanto el procurador como la abogada de Zoe volvieron a apelar el martes de la semana pasada esperando una respuesta favorable”, finalizó.

Ruth Oitana también brindó detalles en torno a las sensaciones que atraviesan nuevamente la tranquilidad de un pueblo, “la cautelar que alejaba a 400 metros las fumigaciones estaba excelentemente fundamentada ya que hacía principal hincapié en el principio precautorio, el resguardo del ambiente y la salud de las personas”.

El derecho a llevar adelante una actividad económica es menester de todos, pero claro, si ésta atenta contra la calidad de vida de terceros, su continuidad debe ser interrumpida, evidentemente el agronegocio cuenta con una notable inmunidad al respecto.

“Cabe destacar que cuando nosotros avanzamos judicialmente contra la Municipalidad de Sastre, rápidamente buscó auxilio en los productores del lugar. Allí se contrata los servicios del abogado Domingo Rondina que pagamos todos los sastrenses para ir en contra de nosotros mismos para graficarlo de alguna manera”, comentó Oitana.

El recurso de amparo fue firmado por unos 40 vecinos para resguardar la salud de todos los menores del lugar, no solamente de aquellos que están expuestos a las fumigaciones de manera directa.

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Meses de lucha constante dando profundos debates dentro del recinto legislativo con el fin último de lograr la modificación de una vetusta ordenanza hecha a la medida de los poderosos. “Desde charlas informativas, visita de ingenieros agrónomos que trabajan en agroecología, científicos, abogados ambientalistas, médicos, infinidad de documentación científica para poder alejar las fumigaciones de la gente. No pudimos avanzar hasta que en el mes de octubre se presentan desesperados el papá y la mamá de Zoe, una niña con tratamiento oncológico que no puede estar expuestas a las aspersiones”.

Ante este pedido no hubo una respuesta inmediata por parte del Concejo ni del municipio, es por ello que la familia decide presentarse en Santa Fe ante el procurador general y la defensora de menores. El juicio de amparo ambiental daría sus primeros pasos, “a partir de allí el Concejo intenta una ordenanza que contemple 500 metros la zona de exclusión, basándose en los casos de Totoras y otros poblados. Cuando esta ordenanza llega a oídos de los productores, los mismos salieron a alzar su voz presentando una dura resistencia. Las presiones son escabrosas, han tenido el tupé de acercarse a los lugares de trabajo de los Vecinos Autoconvocados “apretando” por así llamarlo a los patrones exigiéndoles que echen a los que pelean contra las fumigaciones”, enfatizó la vecina.

Una aberración jurídica volvió a condicionar los días de los sastrenses, algo que indigna de sobremanera a propios y extraños,  ya que para algunos es sólo una cuestión de dinero, mientras que para otros, se trata de vida o muerte.

Una discusión en donde la unidad busca prevalecer ante el poder fáctico que todo lo puede. “En Sastre como en tantos otros lugares, los productores trasgreden las leyes a placer, fumigan de noche, con una altísima temperatura y sin importar el viento. Ellos se regodean de ser el “poder real”, el económico que todo lo puede y modifica, mientras que los ciudadanos de a pie damos la batalla con armas dignas e inclaudicables”.

Por último, Ruth Oitana no quiso dejar pasar algo que ha generado un nivel de indignación feroz en la población de Sastre, “cuando se conoció el fallo de la jueza, el abogado de la municipalidad Domingo Rondina aplaudió la resolución.  Sin dudas fue un impacto muy fuerte, ya que quiénes deberían velar por la salud de la población que dicen representar, estaban del lado de los envenenadores. No es casualidad que tanto la intendenta como su yerno, presidente del Concejo, sean propietarios de campos. La Pampa sojera atraviesa a muchas poblaciones, más allá que tiempo atrás éramos tratados como locos, hoy el daño que origina este modelo productivo está a la vista de todos. La salud y el futuro de las nuevas generaciones se defiende, no se hipoteca”, concluyó.