El expresidente de Bolivia Evo Morales denunció este miércoles a la Organización de los Estados Americanos (OEA) por estar «al servicio» del «imperio norteamericano»: «La OEA no está al servicio de los pueblos latinoamericanos y menos de los movimientos sociales, está al servicio del imperio norteamericano», dijo.

«Deberían haber dicho que haya segunda vuelta y no recomendar nuevas elecciones (…) la OEA está al servicio de Estados Unidos (…), debería llamarse Organización de los Estados del Norte y no de América», aseveró Morales. La OEA concluyó en su informe que hubo irregularidades en el proceso electoral del 20 de octubre y pidió la repetición de los comicios y un recambio de las autoridades del tribunal electoral.

La rueda de prensa se produjo un día después de su llegada a México, país que le ofreció asilo político, y de que la legisladora opositoria Jeanina Áñez se autoproclamara mandataria interina en una sesión legislativa sin quorum.

Morales también hizo un llamado para que la oposición de su país deponga las armas. «En mis primeras elecciones presidenciales en 2002 ganamos pero nos lo robaron y en mi última participación también ganamos pero nos robaron», destacó Morales, quien aseguró que «nunca» le pidió nadie «realizar algo ilegal». «Solo pido al Tribunal Constitucional que cumplan con la legalidad», subrayó Morales.

Las acusaciones contra la OEA vienen después de que el secretario general de ese organismo, Luis Almagro, denunciara un «autogolpe» por parte de Morales. “Golpe de Estado es una forma ilegítima de acceder al poder o de ejercerlo, según el artículo 2 de la Carta Democrática Interamericana», comenzó su alocución Almagro. “En ese contexto, sí, hubo un golpe de estado en Bolivia. Ocurrió el día 20 de octubre, cuando se realizo el fraude electoral que tenía como resultado electoral el triunfo del ex presidente Evo Morales en primera vuelta”.

“Duele en el alma, es el horror de los horrores, que se arroje el legado político del primer presidente indígena de Bolivia por la borda de un autogolpe”, dijo Almagro.

El incidente con el helicóptero

En la rueda de prensa, Morales también reiteró su pedido de una investigación sobre el incidente que tuvo el helicóptero en el que viajaba el miércoles 4 de noviembre, del que salió ileso, al reflexionar que él usaba ese medio de transporte varias veces al día para visitar municipios y comunidades y que nunca había sufrido un incidente similar.

«Qué raro ese día», expresó el antiguo dirigente cocalero, quien también señaló que ese día había una llovizna que podría haber tenido que ver con el incidente.
En ese sentido, advirtió: «Quiero que se investigue ese accidente de helicóptero».

Por último, aseguró que «si el pueblo lo pide» volverá a Bolivia para lanzar un «diálogo nacional» con el objetivo de «pacificar» la nación andina, aunque admitió que «va a ser difícil de parar esta confrontación».

Las Fuerzas Armadas de Bolivia niegan haber «impuesto» un presidente

El jefe de Estado Mayor de la Defensa de Bolivia, el general Williams Kaliman, afirmó hoy que los militares no impusieron a «ningún presidente» y, por tanto, rechazó calificar de «golpe de Estado militar» la situación que llevó a la renuncia del ex presidente Evo Morales.

«No fue un golpe de Estado militar», aseguró Kaliman en una entrevista con la emisora colombiana Blu Radio.

Según el general, la cúpula militar se limitó a cumplir lo que dicta la Constitución y, por ello, sugirió dimitir a Morales tras analizar la situación que vivía el país.

Destacó, asimismo, que los uniformados se limitaron a acuartelarse y ninguno salió a la calle.

«Hemos cuidado lo más sagrado que tenemos todos, que es la vida», destacó.

La dimisión de Morales, que el ex mandatario atribuye a un golpe cívico-político-policial, dejó un vacío de poder en Bolivia, ya que las personas que debían sucederle -el vicepresidente y los presidentes del Senado y de Diputados, según el orden establecido por la carta magna- también renunciaron.

Ante esta situación, la entonces vicepresidenta segunda del Senado, la opositora Jeanine Áñez, asumió ayer primero el cargo de titular del Senado y acto seguido se autoproclamó presidenta del país, pese a no contar con el quórum legislativo necesario.

Cuestionado por haber apoyado la autoproclamación y colocarle la banda presidencial a la mandataria interina, Kaliman explicó que se limitó a cumplir con el protocolo.

«Los militares no la hemos posesionado. Nosotros solo cumplimos nuestro deber. Lo que hace el militar es cumplir sus protocolos, nosotros no hemos impuesto ningún presidente», dijo el general, citado por la agencia de noticias Europa Press.

Tras la investidura, Áñez recibió en el Palacio de Gobierno a la cúpula de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Bolivia.

Los altos mandos castrenses se «cuadraron» ante la nueva presidenta, a la que reconocieron como capitana general de las Fuerzas Armadas, y pusieron sus cargos a su disposición, reportó el diario Página Siete.

Al término del encuentro, los jefes de Estado Mayor publicaron una declaración en la que muestran su apoyo a Áñez.

«Dadas las circunstancias, queremos hacerle conocer que siguiendo las leyes, normas y reglamentos militares ponemos a disposición nuestros cargos», señala el comunicado.

El comandante general de la Policía de Bolivia, Yuri Calderón, también acudió acompañado por los miembros de su Estado Mayor para reunirse con la mandataria.

Tras el encuentro, Calderón contó a la cadena de televisión estadounidense CNN que la reunión había servido para abordar «temas de coordinación».

Tras las reuniones con los altos mandos de las Fuerzas Armadas y la Policía, Áñez expresó su agradecimiento a Kaliman y Calderón por haber coordinado su trabajo para frenar los saqueos y ataques de los últimos días.

«A primera hora vamos a tomar una determinación sobre las Fuerzas Armadas. Seguro también definiremos un ministro de Gobierno, de Economía y todo el gabinete, por supuesto», adelantó Áñez a la CNN.

El comandante de la Policía contó que en la reunión con Áñez le pidió que dé prioridad a los temas operativos y a la reconstrucción de las infraestructuras dañadas en los últimos días.