Por Alejandro Maidana

Al igual que el Fracking y los agrotóxicos, las Plantas Nucleares van desapareciendo en los países desarrollados y considerados del primer mundo. Argentina produce un importante caudal de energía eléctrica, por lo cual es incomprensible que una “bomba” dormida como lo es Central Nuclear de Embalse aún siga en pie y generando incertidumbre entre el pueblo informado y consciente.

La coexistencia en el reactor de partes nuevas y antiguas, y la creciente acumulación de combustible nuclear agotado altamente radiactivo en los silos de cemento, próximos a la central, «lo vuelven más vulnerable y de alto riesgo. De chocar un avión de gran porte contra los silos podría ocurrir una catástrofe veinte veces mayor a la ocurrida en Chernobyl, afectando la salud humana y el ambiente en un radio de 500 kilómetros alrededor del reactor”, supo afirmar el doctor Raúl Montenegro, biólogo e integrante de MARA (Movimiento Antinuclear de la República Argentina).

Nunca se preocupó por preparar a las familias que viven hasta 500 kilómetros de cada central nuclear de potencia, y que podrían sufrir los efectos de un hipotético peor accidente o evento. Durante años vienen haciendo deficientes simulacros para accidente nuclear leve unos 10 kilómetros alrededor de cada central nuclear. Las familias de las niñas y niños que vivían y viven fuera de ese radio de 10 kilómetros nunca fueron informadas de los riesgos, ni preparadas.

El Movimiento Antinuclear de la República Argentina recordó que, si algo caracteriza a la industria nuclear en Argentina y otros países «es el crónico ocultamiento de sus gravísimos riesgos, mantener en secreto los accidentes y brindar información falsamente tranquilizante. Es usual que repitan que las descargas rutinarias de materiales radiactivos al ambiente respetan la normativa vigente, sosteniendo, falsamente, que tales descargas son inocuas.

El Tritio Radioactivo contamina el Lago Embalse y el río más caudaloso de Córdoba

Determinaciones de laboratorios de Francia y del Reino Unido detectaron contaminación radiactiva en peces del lago Embalse, donde se encuentra la segunda Central Nuclear del país. En febrero de 2021 el laboratorio francés había hallado también cobalto en las aguas y sedimentos del lago.

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Abel González, asesor principal del Directorio de la Autoridad Regulatoria Nuclear e integrante del Grupo de Trabajo conformado por el Organismo Internacional de Energía Atómica para descargar al mar el agua de Fukushima, en una conferencia dictada el año pasado, reconoció: “Todo este tema del tritio ha entrado en la prensa, nos van a hacer preguntas de todos lados. Una cosa que seguramente va a disparar esto es conocer un poco más de la protección contra el tritio, de la cual sabemos bastante poco”.

Dos periodistas y ecologistas argentinos, Silvana Buján y Cristian Basualdo, enviaron al laboratorio de la CRIIRAD de Francia, muestras de pescado del lago Embalse con el objetivo de investigar el impacto de las descargas radiactivas de la Central Nuclear Embalse en la fauna ictícola de la cuenca del río Ctalamochita. La especie representativa seleccionada fue la tararira (hoplias malabaricus), que ocupa el sitio más alto de la cadena alimenticia del ecosistema lacustre, por ser el predador principal de las otras especies.

Cabe destacar que La Central Nuclear Embalse descarga rutinariamente cantidades considerables de tritio, el isótopo radiactivo del hidrógeno, en sus efluentes líquidos y gaseosos. Por lo que era importante determinar el tritio ligado biológicamente en la muestra de pescado.

Consultado por Conclusión, el biólogo Raúl Montenegro fue tajante en torno a lo sucedido. Esto es algo que viene sucediendo desde hace años, no solamente con el tritio. En la década de 1980, usando datos de la propia embalse, sacamos públicamente el listado y cantidades de radioisotopos descargados. Eso continuó, y en este caso, se mostraron públicamente datos de tritio para pescado (que no mide ARN) y se incluyeron datos de presencia de tritio en agua”.

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Gracias al aporte de MARA (Movimiento Antinuclear de la República Argentina) y a través de uno de sus integrantes, Juan Vernieri, se pudo acceder a datos reveladores y alarmantes en torno a una contaminación tan compleja como silenciada por los medios. “El análisis del laboratorio francés CRIIRAD no reveló contaminación detectable por radionucleidos artificiales, pero este laboratorio, disponiendo fondos de organizaciones no gubernamentales envió, para la determinación del tritio ligado biológicamente y del carbono-14, la muestra de pescado al laboratorio especializado RCD Lockinge, con sede en el Reino Unido”.

En torno a los resultados emitidos y difundidos, se llegó a conocer que la actividad de tritio ligado orgánicamente fue un valor más de 70 veces superior al nivel natural típico. La actividad de carbono-14 fue un valor casi 50% superior al nivel natural actual. Estos resultados prueban que la contaminación nuclear impacta fuertemente en los peces del lago Embalse.

Agua radiactiva

La Central Nuclear Embalse utiliza agua pesada como refrigerante y moderador. La abundante producción de tritio en este tipo de reactores se debe a que el núcleo de deuterio del agua pesada solo necesita capturar un neutrón para convertirse en tritio. Debido a las inevitables pérdidas en los sistemas de la central, el agua pesada tritiada se abre paso al exterior.

En la documentación de la empresa estatal que opera la Central, Nucleoeléctrica Argentina S. A., consta que durante 2022 la Central Nuclear Embalse consumió 3,09 toneladas de agua pesada “para reponer” reconociendo la existencia de pérdidas. La forma ambiental predominante del tritio se produce cuando sustituye a uno de los átomos de hidrógeno del agua (H20), formando agua tritiada (HTO), que es, por supuesto, radiactiva, y tiene las mismas propiedades que el agua común, es incolora e inodora, y se comporta de la misma manera en el ambiente. El tritio puede llegar a las personas por diversas vías, por ejemplo, en la localidad de Embalse el agua tritiada sale de las canillas.

Datos para tener muy en cuenta 

El carbono-14 es un isótopo radiactivo del carbono que, de manera similar al tritio, se incorpora a moléculas orgánicas en plantas y animales. La ingestión es la vía significativa de ingreso del carbono-14 al cuerpo humano. Su metabolización no cambia si es radiactivo o estable.

El período de semidesintegración, lapso necesario para que se desintegren la mitad de los núcleos, del tritio es de 12,3 años, el del carbono-14 es de 5.730 años.

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El carbono-14 se encuentra entre los efluentes gaseosos de la Central Nuclear Embalse, junto con el xenón-133, el xenón-135, el iodo-131, y el argón-41.

Según informó Juan Vernieri en el Blog de Mara (Movimiento Antinuclear de la República Argentina),las células son en su mayoría agua, por eso, el agua tritiada, una vez ingerida, impregna el cuerpo humano, lo mismo ocurre con las plantas y los animales. El tritio es único en esto: hace que el agua, la materia de la vida, la mayor parte de la masa de los seres vivos, sea radiactiva. Y, por lo tanto, hace que los alimentos sean radiactivos”, expresó el científico Arjun Makhijani, en el libro “Explorando los peligros del tritio: riesgos para la salud y los ecosistemas de los radionucleidos incorporados internamente” de reciente publicación en inglés”.

Comparando los registros oficiales con la información de otros países, se concluye que el río Ctalamochita presenta las concentraciones de tritio más altas del mundo. La empresa estatal reconoce que “la incorporación de niveles significativos de tritio en el organismo por contaminación es un problema grave”.