Por Alejandro Maidana

La degradación de los ecosistemas producto de una sostenida contaminación proveniente de la acción humana, parece haberse no solo enquistado en la médula productiva, sino profundizado de manera sistemática con el paso de distintos gobiernos que no han disimulado su desinterés por la salud socioambiental.

Controles que gozan de una ineficiencia absoluta, multas que no redimen el daño originado, complicidades y un vendaval de excusas banas, trasuntan un camino que deja ver un horizonte cada vez mas oscuro. El desprecio a todo lo relacionado con lo climático y ambiental, entre muchas otras cosas, por parte del ejecutivo nacional, deja ver que el agravamiento de la crisis socioambiental es un hecho.

El modelo de producción imperante no duda en hacer crecer un pasivo ambiental que amenaza con dar la estocada final a una biodiversidad que viene siendo acorralada desde 1996 con el ingreso de los transgénicos y su paquete tecnológico a esta parte. El panorama es desolador, de una proyección catastrófica, sin embargo, un grupo de científicos conscientes sigue adelante con investigaciones que buscan poner en relieve la necesidad de ponerle fin a un daño irremediable.

Días atrás, Conclusión publicó un informe tan categórico como demoledor sobre el impacto que genera la extracción del litio en ecosistemas acuáticos. Allí, el equipo científico a cargo de la investigación, pudo constatar el daño originado por este metal blando en renacuajos de Rhinella arenarum (sapo argentino). Situación que pone en alerta a todo el ecosistema acuático y terrestre debido a la peligrosidad que significa que uno de sus eslabones se encuentre en riesgo.

Las aguas residuales agroindustriales y su impacto en la vida acuática y terrestre

El objetivo de este estudio fue caracterizar un sistema acuático de la provincia de Santa Fe, receptor de aguas residuales de actividades agroindustriales (principalmente lácteas) mediante evaluaciones in situ (mortalidad de fauna, medición fisicoquímica, microbiológica y de residuos de plaguicidas) y bioensayos de ecotoxicidad sobre renacuajos de anfibios. De esta manera, se obtuvieron muestras de agua y sedimentos del arroyo Los Troncos, previo a la confluencia con el canal de drenaje “San Carlos”.

Se utilizaron parámetros biológicos (mortalidad y biomarcadores subletales) para evaluar la ecotoxicidad durante la exposición de 10 días a renacuajos de Rhinella arenarum (sapo argentino), allí se detectaron nueve pesticidas. La demanda química y bioquímica de oxígeno, el amoníaco y el recuento de coliformes registrados, excedieron con creces los límites para la protección de la vida acuática. Se encontraron numerosas tortugas acuáticas moribundas y muchas otras muertas. En la evaluación de ecotoxicidad no se observó mortalidad de renacuajos en el tratamiento, mientras que en los tratamientos de las tortugas acuáticas se observó mortalidad total (100%) en diluciones superiores al 50% de agua y sedimento.

Estos resultados alertan sobre el alto deterioro de la calidad ambiental y la alta ecotoxicidad para la fauna acuática de los ecosistemas acuáticos afectados por aguas residuales agroindustriales.

Puntos salientes:

-Se observó una gran mortalidad de tortugas en una cuenca con alta carga de aguas

residuales agroindustriales.

-El Canal San Carlos, donde se derraman los efluentes, se encuentra ambientalmente

deteriorado.

-La matriz agua-sedimento del canal causó 100% de letalidad en renacuajos.

-Las diluciones causaron neurotoxicidad, estrés oxidativo y genotoxicidad en los

renacuajos.

Argentina es uno de los países más productivos agroindustriales de América del Sur. Las provincias argentinas de Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe y Córdoba son las principales regiones de producción industrial y agrícola. El uso masivo y descontrolado de pesticidas en cultivos genéticamente modificados, está provocando contaminación en los cursos de agua desde hace mucho tiempo. Además, la rápida y extensa expansión de los agronegocios aumentó la concentración de los sistemas agroalimentarios y, en consecuencia, los problemas ambientales relacionados con la contaminación.

Las aguas residuales de sistemas agroalimentarios mal tratadas que se vierten directamente a través de canales a la superficie del suelo o en los cursos de agua más cercanos, disminuyen las cualidades ambientales y amenazan la vida acuática. La industria láctea, importante tanto a nivel local como industrial en la región estudiada, también amenaza los ambientes acuáticos de agua dulce debido a la gran cantidad de efluentes liberados sin una recuperación efectiva de los recursos hídricos. Por ejemplo, la limpieza de plantas industriales lácteas produce aguas residuales altamente cáusticas. Además, la producción de suero (residuos líquidos de la producción de caseína, yogur y queso), principalmente suero ácido, no se trata antes de su vertido.

Es importante señalar que Argentina es un país en desarrollo donde la falta de regulación y lineamientos junto con los bajos índices de acuerdo sobre tecnologías de manejo de aguas residuales agroindustriales, conduce inexorablemente a la contaminación ambiental del agua dulce. En general, los efluentes resultantes de actividades agroindustriales promueven procesos de eutrofización, afectando al medio ambiente y a las especies y desestabilizando completamente los ecosistemas. Las aguas residuales de la ganadería y la agroindustria se caracterizan principalmente por altas concentraciones de demanda biológica de oxígeno (DBO) y demanda química de oxígeno (DQO).

Algunas investigaciones reportaron varios residuos de pesticidas con potenciales efectos ecotoxicológicos en anfibios de esta región, principalmente en los ambientes acuáticos de la provincia de Santa Fe. Una investigación reciente en la provincia de Santa Fe detectó 30 pesticidas (insecticidas, herbicidas y fungicidas) en todas las muestras de agua y sedimentos de uno de sus ríos (río Salado). Por ejemplo, en este río se registraron concentraciones más altas de glifosato y su metabolito AMPA y glufosinato. Varios factores estresantes afectan a los anfibios y reptiles en los ambientes acuáticos y terrestres, siendo las actividades humanas las principales causas de su declive a nivel mundial. Entre los vertebrados, se estima que más del 30% al 40% de las especies de anfibios y reptiles están amenazadas, y las causas que contribuyen tienen vínculos con la crisis ambiental.

Los anfibios y las tortugas acuáticas se consideran excelentes bioindicadores de la contaminación in situ. En este sentido, la contaminación química de los ecosistemas acuáticos, especialmente por los efluentes de ambientes agroindustriales, ha demostrado ser un factor importante que provoca su disminución. Por lo tanto, los renacuajos de anfibios han sido utilizados como indicadores biológicos de vertidos de aguas residuales industriales en diferentes estudios ecotoxicológicos de laboratorio. Sin embargo, existe escasa evidencia a nivel mundial sobre los efectos nocivos de los efluentes agroindustriales en estos animales, especialmente relacionados con altos niveles de mortalidad, neurotoxicidad, estrés oxidativo y genotoxicidad.

El resultado del estudio muestra que un pequeño arroyo en la región pampeana con alta producción agroindustrial produce una letalidad alarmante de tortugas acuáticas como se observa en el campo. De manera similar, estos efluentes producen la letalidad de los renacuajos anfibios en muestras puras y diluidas hasta en un 25% en bioensayos de laboratorio. Las diluciones subletales también mostraron una alta ecotoxicidad en renacuajos de anfibios, produciendo deterioro en los mecanismos antioxidantes, genotoxicidad y neurotoxicidad.

Es importante señalar que los abundantes caparazones y esqueletos de las tortugas adultas y la ausencia de juveniles muertos pueden deberse a una exposición crónica durante un período intensificada incluso por la sequía que ha estado ocurriendo en esta región por ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) efectos desde hace varios años. Es urgente tratar las aguas residuales agroindustriales que desembocan en canales y arroyos artificiales, donde se registraron mezclas de materia orgánica, parámetros fisicoquímicos inadecuados y contaminación microbiana y por pesticidas.

Participaron del estudio científico: Ana Paula Cuzziol, Paola Peltzer, Andrés Attademo, Leonardo Leiva, Carlina Colussi, María Rosa Repetti, Karen Russell, Noelia Di Conza y Rafael Lajmanovich.

Informe completo de mortalidad de tortugas by Conclusión Diario Digital on Scribd