Se conoce como el Rosh Hashaná al año nuevo judío, que comienza hoy con la salida de la primera estrella. Adentrándose así  en «un período de introspección, reflexión y balance del alma». Su origen se vincula a la conmemoración del día en que “Elohim” (Dios justo) creó el mundo, momento a partir del que se comienzan a contar los años en su calendario.

Los judíos se organizan mediante el calendario lunisolar, que comienza en el mes Tishrei (septiembre, en el gregoriano) con esta celebración sagrada denominada Rosh Hashaná.

En este sentido, del 15 al 17 de septiembre de 2023 corresponde con el Año Nuevo Judío. La puesta de sol del primer día del año marca el inicio de una fiesta caracterizada por la oración, pero también por la comida y los sonidos. Esta festividad es la más importante para los hebreos junto al Yom Kipur (el Día del Perdón), que se celebrará el 24 de septiembre.

Uno de los elementos más característicos de esta festividad es el shofar, una especie de trompeta elaborada con un cuerno de un animal kósher -es decir, adecuado a las normas del judaísmo-. En este día, los judíos entienden el sonido como un anuncio de que es hora de arrepentirse de los pecados, aunque a lo largo de la festividad puede llegar a ser tocado unas 200 veces.

De este modo, a partir de la puesta de sol del viernes 15 de septiembre, los judios han ingresado en el año 5784, ya que el calendario hebreo comienza con la Génesis del mundo, que sucedió el domingo 7 de octubre del año 3760 a.C.  Éste será el primer año después de la pandemia en que los fieles de la Torá podrán disfrutar de sus celebraciones sin restricciones, por lo que en los países que cuentan con poblaciones judías este fin de semana se escucharán el sonido de los shofares y los deseos de pasar un «Shanah tovah» (Feliz Año Nuevo).