Promocionada cadena nacional de Javier Milei en horario ‘prime time’ para un discurso que, cuando finalizó, los argentinos que lo siguieron no entendieron el propósito. «Podría haber mencionado las acusaciones que se le hacen a la reducción del déficit fiscal, y aprovechado para responder a sus acusadores», dijo un economista que fue funcionario top.  «¿Vos sabés que justo hoy le ofrecieron a Cammesa pagarle la deuda sin intereses y en 12 cuotas? Así cualquiera baja el gasto», afirmó otro.

Para Javier Milei el resultado fiscal es sólido y permanente. «Él es un economista profesional, no puede tomarnos a todos por tontos», denunció otro, en tono ofendido. Precisamente por estas horas se insiste en que el resultado fiscal es consecuencia de triquiñuelas contables, igual que la balanza comercial con la postergación de pagos de importaciones. «Es lo que le dijo el FMI al ministro Luis Caputo», se escuchó.

Sin embargo, el Presidente de la Nación realizó un ‘acting’ para convocar a la continuidad del esfuerzo colectivo, en un obvio mensaje a quienes debaten si marchar o no el martes 23/04, en una movilización por la universidad laica, libre y gratuita que se proyecta multitudinaria, y extendida a todo el territorio nacional. Una torpeza de Milei, demostración de su ausencia de reflejos políticos, confirmación de que su triunfo sólo fue consecuencia de la decisión de muchos de castigar a Unión por la Patria.

En definitiva, es incompatible el rosario de logros que recitó Milei y la ausencia de asistencia financiera adicional por la que claman Milei y sus funcionarios en USA.

Los cómplices

El discurso de Javier Milei logró el respaldo de financistas y ejecutivos interesados en prolongar el festín que provoca el ‘carry trade’, con una bizarra tasa de interés en dólares, consecuencia del inverosímil ‘crawling peg’ de 2% mensual vigente. Para asegurar sus ganancias extraordinarias, los agentes financieros rechazan escuchar cualquier advertencia de sus economistas de cabecera, quienes les vaticinan un futuro cercano complicado porque el ‘dinero fresco’ no llegará y el cepo no será levantado.

En esa circunstancia, Javier Milei tendrá que decidir cuál rectificación se encuentra dispuesto a tolerar. Pero él se niega a cualquier rectificación. En ese punto se encuentra la disputa hoy, a la vista de toda la sociedad. Milei se abroquela junto a sus seguidores, quienes insisten en que el esfuerzo vale la pena. Muchos querrían creerles pero reclaman substancia. Y el discurso no sumó al respecto.

De nada sirve denostar a los críticos, tal como realizó otra vez más Milei durante su pieza oratoria. La idea que intentó instalar acerca de que todo el mundo se equivoca y él es el dueño de la verdad, resulta una soberbia peligrosa para un Presidente que, a la vez, es incapaz de construir una nueva mayoría legislativa, y que vive bajo el riesgo de una derrota o en el Congreso o en la Corte Suprema, los otros 2 poderes republicanos.

El teleprompter

Javier Milei rechazó utilizar un telepromter, que es un monitor donde el orador puede leer su discurso, en vez de utilizar el papel escrito, que ya es un hábito analógico en tiempos digitales. Por $400.000 se consigue uno en MercadoLibre.com. Llamativa la contradicción de utilizar papel escrito en el caso de un Presidente que ha construido una constelación de ‘trolls’, ‘botnets’, ‘sock puppets’ y ‘deep fakes’ que apuntalan su no gestión gubernamental.

Consejo: un teleprompter le hubiese permitido hablarle a los televidentes y generar alguna empatía propia del convencer en vez de ‘bajar línea’. Milei eligió el rol casi de un denunciante, sin levantar la vista, poderoso metamensaje de un Presidente encerrado en su ‘burbuja’ e incapaz de ver al otro.

La marcha del 23/04

Javier Milei intentó demostrar fortaleza, seguridad y decisión cuando se avecina una manifestación pública que se anticipa poderosa. Pero en ese contexto, la acción del Presidente pareció más bien una provocación a quienes marcharán reclamando recursos para la universidad pública.

El mensaje de Milei fue algo así como: «Estoy cortando partidas pero es para alcanzar un beneficio superior, barrrer la inflación. Falta poco para lograrlo. Sigamos penando porque tiene sentido».

Sin embargo, es una mentira. Miguel Ángel Broda, Miguel Kiguel, Carlos Melconián, Domingo Cavallo, Martín Redrado/Carlos Pérez y Carlos Rodríguez le han advertido en los recientes 10 días que el ajuste fiscal es precario y no consolidado. También que falta un plan de estabilización. Obviamente que estas advertencias contrastan con el fervor de Eduardo Elsztain, Cristiano Rattazzi y otros fans tardíos que lo vivaron en el Llao Llao Hotel & Resort.

Los empresarios argentinos no tienen fama de anticipar los ciclos político-sociales…. El fracaso de la Argentina los incluye. Un dato a tener en cuenta cuando reclamen un salvavidas.

Tres debates

Aquí van 3 afirmaciones de Javier Milei en su discurso:

*»Esto es ley de la historia. Si el Estado no gasta más de lo que recauda y no recurre a la emisión no hay inflación. No es magia. La única tarea del Estado es proteger la vida, la libertad y la propiedad de los argentinos, para que cada uno pueda ser arquitecto de su propio destino”.

* “No esperen la salida de la mano del gasto público. La salida vendrá de la mano de la inversión del sector privado y del crédito, financiado genuinamente por el ahorro, porque esa es la única manera sostenible de crecer”.

* “Nada de todo esto podría ser posible sin el esfuerzo heroico de la mayoría de los argentinos que están sufriendo, pero que saben que este es el único camino posible si queremos un futuro mejor para nuestros hijos”.

En otras ocasiones Javier Milei dijo que está cumpliendo con «lo que dicen los manuales». Pero si el recorte fiscal no es genuino y es insostenible, se está mintiendo a sí mismo, algo que es más grave que intentar mentirle a todos.

Ya en el Llao Llao pidió a los empresarios que «pongan las pelotas» e inviertan. En 2015/2016 Mauricio Macri prescindió de un plan económico porque creía que llovería el dinero para el crecimiento. Tampoco sucederá con Milei, y parte del problema es la estrategia legislativa equivocada del Presidente, influenciado por un mediocre marketinero con ínfulas de pensador: Santiago Caputo.

Los argentinos son obligados al esfuerzo, no son voluntarios del estoicismo. Y las encuestas de estado de la opinión pública dicen que la paciencia se está agotando. Las personas necesitan resultados inmediatos, y Milei insiste en no establecer plazos y creer que tiene todo el tiempo del mundo, o casi.

En parte, es un impulso correcto: en la ‘burbuja’ no hay calendario ni reloj. Pero no se puede vivir en una ‘burbuja’.