SáBADO, 07 DE DIC

China lanzó con éxito la sonda Chang’e-6 que recolectará muestras de la cara oculta de la luna

La misión durará 53 días. Recolectar y traer de vuelta muestras lunares a la tierra significará una hazaña sin precedentes de la exploración espacial.

 

La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés) y todo el sistema de ciencia y tecnología de la República Popular China celebra el éxito del lanzamiento de la sonda Chang’e-6 que está equipada para recolectar muestras del lado oculto de la Luna y llevarlas de regreso a la Tierra.

Esta misión representa un hito en la exploración espacial humana. Este viernes, un cohete Gran Marcha-5, con la sonda Chang e-6 a bordo, despegó de su plataforma a las 17:27 (hora de Pekín) desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, en la costa de la sureña provincia insular china de Hainan.

Aproximadamente 37 minutos después del despegue, la nave Chang e-6 se separó del cohete y entró en su órbita prevista de transferencia Tierra-Luna, a una altitud de perigeo de 200 kilómetros y una altitud de apogeo de unos 380.000 kilómetros, según la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés).

«Recoger y traer de vuelta muestras de la cara oculta de la Luna es una hazaña sin precedentes. Actualmente, sabemos muy poco sobre la cara oculta de la Luna. Si la sonda Chang e-6 logra su objetivo, proporcionará a los científicos las primeras pruebas directas para comprender el entorno y la composición de los materiales de la cara oculta de la Luna, lo que es de gran importancia», declaró Wu Weiren, miembro de la Academia de Ingeniería de China y diseñador jefe del programa de exploración lunar del país.

La sonda Chang e-6, al igual que su predecesora Chang e-5, consta de un orbitador, un módulo de aterrizaje, un módulo de ascenso y un módulo de retorno.

Tras llegar a la Luna, realizará un aterrizaje suave en la cara oculta del satélite. Dentro de las 48 horas después del aterrizaje, un brazo robótico se extenderá para recoger rocas y tierra de la superficie lunar, y un taladro perforará el suelo.

Simultáneamente, se llevarán a cabo trabajos científicos de detección. Una vez selladas las muestras en un contenedor, el ascensor despegará de la Luna y se acoplará al orbitador. A continuación, el módulo de retorno transportará las muestras de vuelta a la Tierra y aterrizará en la región autónoma de Mongolia Interior, en el norte de China. Según la CNSA, se prevé que el vuelo dure unos 53 días.

Como el ciclo de revolución de la Luna es el mismo que su ciclo de rotación, la misma cara está siempre orientada hacia la Tierra.

La otra cara, la mayor parte de la cual no puede verse desde la Tierra, se denomina cara oculta o «lado oscuro» de la Luna. Este término no se refiere a la oscuridad visible, sino más bien al misterio que envuelve esta zona del satélite terrestre, en gran medida inexplorada.

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